El portavoz del Vaticano, Greg Burke, ha destacado que el Papa se refiera a los casos de abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia católica como «un crimen», y no solo como «un pecado», al tiempo que ha subrayado que el Pontífice pida que los culpables y encubridores «rindan cuentas».
«Es significativo que el Papa se refiera a los abusos como un crimen, no solo como un pecado, y que pida perdón y que sea consciente de que todo lo que se haga no servirá para reparar el daño hecho a las víctimas», ha sentenciado.
A través de un mensaje de voz enviado a los periodistas acreditados en la Santa Sede, Burke ha desgranado la importancia de la carta a los fieles que ha enviado Francisco en la que expresa nuevamente «vergüenza» y «arrepentimiento» y reconoce que la Iglesia «no supo actuar ni reconocer la gravedad del daño que se estaba causando».
Así, Burke ha referido que no se refiere en exclusiva a la investigación de los servicios del fiscal de Pensilvania que destapó abusos perpetrados por 300 sacerdotes y su encubrimiento por parte de la Iglesia Católica de ese estado de EEUU sino a todos los casos de abusos «desde Irlanda (hasta donde el Pontífice viajara el próximo fin de semana), a Estados Unidos o Chile, y no solo».
De este modo, también ha referido que el mensaje del pontífice deja entrever que Francisco haya escuchado a muchas víctimas a lo largo de su pontificado «porque subraya que las heridas nunca prescriben».
«El Papa Francisco dice que los culpables tienen que rendir cuentas, y no solo los que cometieron, sino también quienes los encubrieron, que en muchos casos incluye a los obispos», ha agregado Burke. Finalmente, el portavoz del Vaticano ha destacado que el pontífice «hace un llamamiento a toda la Iglesia Católica para que se adopten las medias de protección en todas las instituciones y pide a los creyentes que combatan el mal con la oración y la penitencia».