El Ayuntamiento de San Fernando ha acordado con el Arciprestazgo la cesión del azulejo del Sagrado Corazón que presidía la fachada del consistorio pero, es ajeno al origen constructivo de este inmueble que data del siglo XVIII.
El Ayuntamiento de San Fernando atendiendo a una solicitud eclesiástica, ha llegado a un acuerdo con la Iglesia para ceder al Arciprestazgo de San Fernando el azulejo del Sagrado Corazón que, aunque venía presidiendo el edificio consistorial desde la década de los años 40, es ajeno al origen constructivo de este inmueble que data del siglo XVIII.
Ello trasciende después de darse a conocer el proceso de recogida de firmas en una plataforma web para que no se elimine el mosaico del edificio municipal. La retirada está contemplada en el proyecto del estudio de arquitectura que ganó el concurso para la rehabilitación del inmueble.
Según ha informado el Consistorio isleño, los trabajos que se vienen desarrollando desde 2016 en el Palacio Consistorial para recuperar uno de los edificios públicos más importantes de España por su valor patrimonial y arquitectónico llevaban a la retirada de este elemento religioso, que «ahora podrá ser expuesto y conservado a raíz de este acuerdo, aunque su titularidad continuará siendo municipal», tal y como ha asegurado la alcaldesa, Patricia Cavada.
Considerado el mayor edificio consistorial de toda Andalucía, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía lo declaraba en 2007 Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento, por lo que toda actuación en el mismo debía seguir unas pautas de rehabilitación arquitectónica tendentes a recuperar todas los aspectos originales posibles, tanto en relación con sus espacios como su aspecto formal. Así, había que proceder a las demoliciones, supresión de los elementos constructivos y formales que fueran ajenos a su condición originaria, caso del azulejo.
Asegura Cavada que la intervención en un edificio patrimonial de estas características conlleva diferencias sustanciales con edificios de nueva planta «al ser portadores los primeros de determinados valores arquitectónicos históricos que hay que preservar y recuperar para el disfrute de la ciudadanía isleña y como elemento de atracción turística de gran relevancia para el municipio, dada su monumentalidad.