Todo está dispuesto para la celebración de las tradicionales Fiestas y Luchas de Moros y Cristianos en honor a San Antonio de Padua, patrón de Benamahoma, los días 2, 3, 4 y 5 de agosto. La presentación de la nueva cita de las luchas ha tenido lugar en la Diputación, con la presencia del diputado provincial de Cultura, Antonio González Mellado, del alcalde de Grazalema, Carlos García Ramírez; el alcalde pedáneo de Benamahoma, Manuel Tovar, y del presidente de la asociación histórica promotora, Jesús Salguero. La recreación de la contienda entre moros y cristianos de Benamahoma está reconocida como Fiesta de Interés Turístico de Andalucía.
Se trata de un acontecimiento festivo y cultural referente en la Sierra de Cádiz, con un programa de ocio para todo tipo de público, con dos días fuertes, sábado 3 y domingo 4, cuando tendrán lugar las luchas cuerpo a cuerpo y los parlamentos improvisados. La inauguración oficial tendrá lugar el viernes por la noche, con el pregón a cargo de María del Mar Domínguez Aránegas y la coronación de las reinas mora y cristiana.
Según informa la Asociación Cultural de Moros y Cristianos en su página Web, en la mañana del sábado las personas participantes se atavían, para iniciar las luchas, con indumentaria que simula la de la época de las revueltas fronterizas durante la conquista cristiana, y prueban las armas, trabucos y espingardas. Originariamente la indumentaria era modesta e improvisada, confeccionándose los trajes del bando moro con sábanas colocadas en forma de túnica y pañuelos a modo de turbantes y el bando cristiano con atuendos tradicionales. Actualmente la fiesta goza de una mayor espectacularidad tanto en el atavío de sus actores y actrices, como en la uniformidad de las luchas y otros muchos aspectos.
El enfrentamiento se basa en la lucha por la posesión de una imagen religiosa, la del patrón de la localidad, San Antonio de Padua. Mientras va organizándose la procesión del Santo, el bando moro se va situando estratégicamente por las calles del pueblo, emboscados, dispuestos al ataque. La procesión lleva a la cabeza al bando cristiano, protegiéndola, con su capitán al frente y a continuación las Reinas de la Fiesta. Tras un corto trayecto, el bando moro cierra el paso a la comitiva, con el propósito de hacerse con la imagen y su capitán se dirige a los cristianos para comunicarle sus intenciones. Es el bando moro el que ahora ha quedado vencedor, marchando a la cabeza de la procesión. En las luchas, invirtiéndose los papeles, siendo el bando cristiano el que se hace con el poder. Todos estos encuentros armados van precedidos de parlamentos o embajadas en las que los jefes o capitanes recitan algunos textos que la tradición oral ha ido legando.