La primera teniente de alcalde, Ana González, preside el acto de izado de este distintivo, que certifica la calidad de los servicios, información, gestión ambiental y seguridad del puerto chiclanero
El puerto deportivo de Sancti Petri ha renovado, un año más, la Bandera Azul, que concede la Fundación Europea para la Educación Ambiental (FEE) y la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC) en reconocimiento a su calidad medioambiental y a su labor formativa. En este sentido, la primera teniente de alcalde, Ana González, y la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Cádiz, Mercedes Colombo, han presidido el acto de izado de bandera, en el que también han estado presentes la delegada municipal de Turismo Sostenible, Manuela Pérez; y el delegado territorial de Medio Ambiente y Economía Azul, Óscar Curtido, así como miembros de la Corporación Municipal, del parque natural de la Bahía de Cádiz, del puerto deportivo y de clubes náuticos.
El puerto deportivo de Sancti Petri forma parte de los seis puertos deportivos de la provincia de Cádiz que reciben esta distinción en el presente año 2023, junto a la Alcaidesa Marina, Sotogrande, Puerto Sherry, Rota y Chipiona. Asimismo, hay que destacar que en Andalucía son 19 los puertos deportivos con Bandera Azul.
Hay que destacar que las banderas azules se conceden tras un análisis exhaustivo por parte de los técnicos de ADEAC de las condiciones de seguridad, calidad ambiental, gestión sostenible, servicios al usuario, integración social y labor divulgativa de cada puerto.
También se tienen en cuenta criterios de sostenibilidad ambiental, como la calidad del agua, la gestión de los residuos, priorizando el reciclaje, la promoción del transporte sostenible, la restricción al tráfico y aparcamiento vehículos a motor en el puerto, salvo en las zonas autorizadas; la eficiencia energética y en el uso del agua, la utilización de productos ecológicos en la medida de lo posible y la integración paisajística.
Por otro lado, la concesión de la Bandera Azul también valora criterios sociales como la adaptación de las instalaciones a personas con discapacidad, la organización de actividades de educación ambiental dirigidas a su personal y usuarios (limpieza de fondos marinos, visitas de escolares, conservación de la flora y fauna acuática) y la información ambiental a disposición de los usuarios de estos puertos deportivos sobre las zonas marítimas y espacios naturales sensibles cercanos.