Greenpeace denuncia que el presupuesto que prevé destinar el Gobierno para medio ambiente este 2018 «ha sido una de las principales víctimas en los años de crisis» y que los programas gestionados por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente han visto reducido su presupuesto en un 56’5% desde 2008, hace una década. Además, advierten de que, según su análisis, esta cifra podría ser «incluso mayor» si no se hubiera producido este año una «tímida» subida de un 3% con respecto a 2017.
Para la organización ecologista, este «mínimo repunte no resulta significativo», ya que critican el «nuevo hachazo» sufrido por la Oficina de Cambio Climático. Según indican, en 2017 esta Oficina perdió un 45% de su presupuesto en 2017 y este año el presupuesto vuelve a descender otro 20%, reduciendo así «significativamente su peso político».
«El Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2018 no da respuesta a los grandes retos medioambientales y sociales de la actualidad, por eso es necesario una revisión profunda que ponga a las personas y a la naturaleza delante de los intereses de determinados sectores empresariales», pide el director de Greenpeace España, Mario Rodríguez.
Asimismo, la organización afirma que el presupuesto para actuaciones en la costa se ha reducido en un 69% desde 2008, y que actualmente el 93% de las inversiones se centran en renovar y construir paseos marítimos y la regeneración de arena de playa, mientras que la conservación del litoral recibe el 7% restante.
Respecto a la gestión del agua, asegura que en 2018 el programa de Gestión e Infraestructuras del Agua ha incrementado su presupuesto un 2,5%, pero no obstante, el que se dedica a calidad ha tenido un descenso del 3,2%. Para Greenpeace, esta bajada indica «que se apuesta por uso intensivo del agua mientras da la espalda a las políticas de gestión sostenible de los recursos hídricos».
Además, consideran que la apuesta por la agricultura ecológica es «insuficiente», pues apuntan que se destina el 2,7% del presupuesto total del programa de Competitividad y Calidad Alimentaria a este fin, y denuncian que la Estrategia para la Producción Ecológica 2018-2020 «ni siquiera cuenta con un presupuesto asignado en los PGE».
ENERGÍA Y CAMBIO CLIMÁTICO
Por otro lado, Greenpeace lamenta que la transición energética es «otra de las asignaturas pendientes» en los PGE, ya que subrayan que las políticas de gasto para Industria y Energía se centran principalmente en cubrir los costes del sistema eléctrico (65%) «y se sigue dando ayudas encubiertas al sector industrial para que pueda continuar contaminado». Por el contrario, aspectos como la movilidad sostenible, la promoción de las renovables y la eficiencia energética reciben, según la ONG, «solo el 6%».
Igualmente, lamentan que el Gobierno sigue gastando «grandes cantidades de dinero para la transición del carbón», pues apuntan que desde 2013 hasta 2021 hay asegurados 2.128 millones de euros en ayudas, cuando «poco o nada se está haciendo para buscar alternativas».
Greenpeace también se ha referido a los ingresos que prevé el Gobierno con los impuestos ambientales, que según dice la organización, «tan solo representan el 5% de los ingresos del Estado». En este sentido, apunta que «España está en el furgón de cola de la Unión Europea en impuestos verdes» con un porcentaje respecto al PIB del 1,86%, frente a la media europea, que se sitúa en el 2,56%.
«No hacer nada frente a cuestiones como el cambio climático puede ser muy costoso (100.000 para toda la Unión Europea), pero poner en marcha medidas para frenarlo puede suponer una oportunidad económica con la creación de miles de empleos en el sector de las renovables e impactos positivos en la salud y el medio ambiente», declara la coordinadora del análisis, Alicia Cantero
Por todo ello, Greenpeace reclama «mayor transparencia para los presupuestos que permitieran un mejor control», así como «una mejora en la perspectiva de género». «Son necesarios indicadores y una visión diferenciada del impacto de las actuaciones presupuestarias entre hombres y mujeres», ha concluido Cantero.