Jerez de la Frontera se rindió a los pies de Amaral en una noche mágica en el Tío Pepe Festival.
El dúo zaragozano, con más de dos décadas de trayectoria, demostró una vez más por qué sigue siendo una de las bandas más queridas del panorama musical español.
La noche comenzó con una expectación palpable. Los asistentes, ansiosos por disfrutar de los grandes éxitos de Amaral, llenaron la bodega Las Copas, convirtiéndola en un auténtico mar de gente. Y no se hicieron esperar. Con sus primeros acordes, Eva Amaral y Juan Aguirre lograron conectar de inmediato con el público, que no dudó en corear cada letra y mover el cuerpo al ritmo de la música.
A pesar de tener asignadas localidades sentadas, el público demostró un entusiasmo inigualable, levantándose de sus asientos para bailar y cantar al unísono cada una de las canciones del icónico dúo zaragozano.
A lo largo del concierto, se sucedieron éxitos como «Sin ti no soy nada», «Mares igual que tú», «Días de verano», «Kamikaze», «Revolución» y «Héroes», que provocaron momentos de euforia colectiva. La energía de la banda se contagió al público, que no paró de saltar y de agitar los brazos durante toda la actuación. Incluso aquellos que inicialmente se mantuvieron sentados, no pudieron resistirse a la fuerza de las canciones y terminaron poniéndose de pie para bailar. Entre los temas clásicos que hicieron vibrar al público, hubo una sorpresa muy especial: la presentación en directo de su nuevo sencillo, «Rompehielos».
La puesta en escena fue sencilla pero efectiva, con una iluminación cuidada que realzaba la atmósfera del concierto. Durante casi dos horas, Eva Amaral y Juan Aguirre ofrecieron un espectáculo lleno de energía y emoción. La conexión con el público fue instantánea, y la banda no dudó en interactuar con los asistentes en repetidas ocasiones. Eva, visiblemente emocionada, agradeció al público jerezano el cálido recibimiento y confesó su alegría por estar en Jerez.
El concierto de Amaral en el Tío Pepe Festival fue una noche inolvidable para todos los asistentes. Una muestra más de que la música tiene el poder de unir a las personas y de hacernos vibrar.
