El Festival de Cádiz de Música Española, que organiza la Consejería de Cultura y Deporte a través de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, ha cerrado su 22 edición el pasado 24 de noviembre sumando más de 9.200 asistentes a su programación, lo que supone un 70 por ciento de aforo.
En este sentido, la Junta ha señalado en una nota que el festival consolida de esta manera su presencia en la agenda cultural gaditana con una propuesta que, como principal novedad este año, ha planteado conocer las músicas españolas contemporáneas e históricas a través de distintos recorridos complementarios dirigidos a todos los públicos.
Así, la diversidad ha sido una de las características de la presente edición, que ha contado con 42 eventos en los diez días de Festival, en los que el público ha podido escoger entre los 47 conciertos programados, de los que seis propuestas han sido estreno absoluto.
Según ha indicado la Junta, 13 de los espectáculos propuestos han colgado el cartel de aforo completo, entre los que se cuentan los conciertos de Artefactum, que ha celebrado su 30 aniversario en Cádiz; Pony Bravo, que presentó en directo su último disco; Vandalia y Manuel Vilas; Los Hermanos Cubero; Cantoría; Orquesta Barroca de Cádiz y Conjunto Vocal Virelay, con estreno de una versión descubierta en la Catedral de Cádiz del Requiem de Mózart.
Además, de los ofrecidos por la Orquesta Barroca de Sevilla; las dos sesiones del concierto didáctico de Lapso Producciones; Concerto 1700; La Perra Blanco, un referente de la música rockabilly a nivel internacional; Solistas Salvat y Bachcelona Consort; o Ruido Clavel, que estrenaba su particular visión de la copla en la Central Lechera. Por su parte, Pochettino Quintet, Paula Ramírez, la jornada del microfestival Electrolunch y Teatro Anatómico han contado a su vez con aforos destacables rozando el 80 por ciento.
Una de las principales novedades de la 22 edición ha sido la creación de itinerarios personalizados entre las actividades concertadas para el público que han abarcado géneros diversos a cargo de los creadores e intérpretes de gran nivel que han protagonizado el Festival. Así, en el diseño de la programación se ha tenido en cuenta la posibilidad de trazar recorridos al gusto entre los conciertos, utilizando como referencia y marco los propios espacios con horarios fijos, y las fechas de forma más amplia.
Además, la Junta ha recordado que de nuevo en esta edición se han tenido programas múltiples que han reunido a diferentes artistas bajo un mismo paraguas. Una de las principales novedades en esta apuesta ha sido los ‘Mediodías del festival’, celebrado en el Baluarte de la Candelaria durante los dos fines de semana, ideados como punto de encuentro y de inflexión entre la programación de la mañana y la tarde.
También ha habido espacio en el Baluarte para propuestas musicales, como las ofrecidas por Microclima, un programa múltiple que reunía a los mejores embajadores de música ambiente y experimental con un programa titulado ‘De la máquina a la palabra’, en el que participaron Enrique del Castillo, David Cordero, Ainara Legardón, Marina Gallardo y Calde Ramírez, artistas que articulan con máquinas que nunca estuvieron pensadas para la creación, un discurso contemporáneo y experimental.
Además, la Junta ha recordado que Cádiz ha sido el escenario para el estreno absoluto de 21 conciertos y cuatro espectáculos, como los ofrecidos por la Orquesta Barroca de Cádiz y Conjunto Vocal Virelay, con el estreno en tiempos modernos del Réquiem de Mozart de la Catedral de Cádiz; Magalí Sare y Manel Fortià con Ana Salazar, encuentro artístico impulsado por el Festival de Cádiz; el encargo a Teatro Anatómico de ‘Toíto se vende’, para recuperar y poner en valor los cantes por pregones; y Cuarteto Aguilar con Luís García Montero.
Igualmente, desde la Consejería de Cultura se ha destacado que la cita de este año se ha caracterizado por una programación abierta y equilibrada que abarca desde la puesta al día de repertorios históricos hasta la exhibición de producciones innovadoras y de estreno absoluto.
En esta línea, se ha construido una imagen «diversa y resplandeciente» protagonizada por un cartel que ha representado el diálogo en un mismo programa entre el repertorio histórico y la vanguardia más inmediata, la conexión entre las músicas de raíz y las músicas urbanas, la proliferación de obras y proyectos de estreno absoluto, la colaboración interdisciplinar entre creadores musicales y los del ámbito de las artes escénicas, plásticas o audiovisuales a partir de un bodegón contemporáneo en el que conviven todas las visiones musicales que han tenido cabida en el Festival, ha señalado.