Las personas mayores de 60 años que combinan de 5 a 6 hábitos saludables utilizan menos los servicios sanitarios, reduciendo el riesgo de usarlos excesivamente a casi la mitad, según un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), publicado en la revista científica ‘American Journal of Preventive Medicine‘.
«Realizar un trabajo como este era potencialmente relevante a priori por varias razones. Primero: la adherencia a los hábitos saludables en las personas mayores es baja. Segundo: mejores estados de salud se han asociado a menores gastos sanitarios. Y tercero: intervenir sobre varios hábitos saludables podría ser más eficaz que sobre hábitos aislados», ha afirmado el director del trabajo e investigador del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UAM, José Ramón Banegas.
El trabajo, financiado con ayuda del Fondo de Investigación Sanitaria del Instituto de Salud Carlos III y fondos Europeos FEDER/FSE, ha analizado, entre los años 2008 y 2010, a 2.519 personas mayores de 60 años, en quienes se ha estudiado hábitos como: ser físicamente activo, seguir una dieta mediterránea, dormir 7-8 horas al día, nunca haber fumado, estar sentado menos de 8 horas al día y no vivir solo.
El seguimiento de los participantes se mantuvo hasta 2013 con el objetivo de obtener información sobre la utilización de servicios sanitarios. Los servicios por los que se les preguntó fueron polifarmacia (tomar más de 5 medicamentos al día), visitas frecuentes al médico de atención primaria (1 vez al mes o más), o al especialista (más de 1 vez al año) y haber estado hospitalizado al menos 1 vez en el último año. Todas ellas, a excepción de las visitas al especialista, sufrieron una reducción significativa con el aumento de hábitos saludables.
«Por cada hábito saludable adicional, disminuía un 18 por ciento el riesgo de polifarmacia; un 13 por ciento el riesgo de acudir frecuentemente a la atención primaria, y un 15 por ciento el riesgo de ser hospitalizado al menos una vez al año», ha señalado Banegas.
Por su parte, otra de las autoras del trabajo, Ana Hernández-Aceituno, ha destacado que «en otros términos, comparados con los participantes que no cumplían ningún hábito saludable o solo uno, aquellos que cumplían 5 o 6 tuvieron la mitad de riesgo de polifarmacia, de visitas frecuentes a la atención primaria y de hospitalización».
Para los autores, la importancia de este estudio radica en que la disminución de las visitas de atención primaria y las hospitalizaciones asociadas con un estilo de vida saludable podría conducir a una mejor atención, debido a la menor carga de trabajo, listas de espera más cortas y una reducción de las complicaciones que conlleva la hospitalización.
En la misma línea, la información puede tener relevancia clínica y de salud pública por la disminución de los crecientes gastos sanitarios asociados al uso epidémico de los servicios sanitarios en las personas mayores.