Los patinetes eléctricos estuvieron implicados en 273 accidentes en 44 ciudades españolas en los primeros 11 meses de 2018, según datos de la Fiscalía, que advierte de que se trata de una cifra «muy provisional» pero que aumentará ante la falta de datos aportados por las Policías Locales.
Según datos aportados este jueves por el fiscal de sala coordinador de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, de los 273 accidentes, en principio, los patinadores serían responsables de 203 (según especifica el fiscal, atropellos a peatones con resultado de lesión). Además, hasta el momento, hay confirmados dos fallecidos.
«Es una cifra relevante como para esmerarse», ha puesto de manifiesto el fiscal, que ha presentado este jueves datos relacionados con la siniestralidad vial de colectivos vulnerables, entre los que se incluyen los novedosos patinetes eléctricos, y donde ha dado a conocer las instrucciones de la Fiscalía para las Policías Locales para hacer frente a la siniestralidad vial urbana teniendo en cuenta a los nuevos vehículos de movilidad urbana y personal (VMP). «Hay procedimientos judiciales en marcha», ha avisado.
Según datos de la Fiscalía sobre patinetes, la cifra es mayor en cuanto a número de denuncias por infracciones administrativas, ya que «no están siempre cuantificados». Solo en la ciudad de Barcelona se impusieron 2.330 denuncias.
«Hay la idea de que el patinete es un juguete, pero no solo es un juguete, sino que obliga a responsabilidades muy relevantes. Observamos que desde su fabricación hasta que llega al usuario, no hay apenas normativa, hay una situación de alegalidad», ha lamentado el fiscal.
Según los informes remitidos por las Policías Locales, los accidentes en los que intervienen los denominados VMP «se deben, entre otras causas, a la falta de control sobre los posibles eficiencias o carencias técnicas del vehículo, así como a la velocidad del patinete en relación con las circunstancias del tráfico, su irrupción súbita y sin control en la vía o el atravesar la calzada en rojo para los peatones, subrayándose la dificultad de convivencia en los carriles-bici con los ciclistas, así como con los peatones y vehículos de motor».