El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha avalado este lunes en el Congreso las cuentas sobre las que se sustentan los nuevos Presupuestos Generales del Estado de 2023, gracias, especialmente, al impulso de los ingresos sobre el que, en parte, ha dicho no tener explicación.
Durante su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Congreso para explicar las nuevas cuentas, ha asegurado que este alza de la recaudación, más allá de la mayor inflación, «supera las elasticidades históricas» registradas en la economía española, y por ello ha pedido «prudencia» para evitar que se trasladen en un mayor gasto estructural.
Hernández de Cos ha asegurado que la previsión del Banco de España es una mayor recaudación para este año que la proyectada por el Gobierno, lo que permitiría compensar tanto un menor crecimiento en 2023 –prevé un aumento del PIB del 1,4% frente al 2,1% del Ejecutivo– como desviaciones al alza del gasto público, sobre el que ve «riesgos al alza» en el gasto por intereses, prestaciones por desempleo y, particularmente, las pensiones.
En todo caso, ha señalado cómo el Plan Presupuestario apunta a una caída del gasto público respecto al PIB de casi un punto –0,9 puntos porcentuales–, principalmente por la reducción de las subvenciones (0,6 puntos menos). En todo caso, ello se compensaría en parte con el aumento de las transferencias sociales y los intereses.
SORPRESA POR EL ALZA DE INGRESOS: «NO SOMOS CAPACES DE EXPLICARLO»
En su comparecencia, el gobernador ha reclamado «prudencia» a la hora de emplear el mayor colchón de ingresos ante el «desconocimiento» de la razón que explica su mayor incremento. «Cuando analizamos qué hay detrás, no somos capaces de explicarlo por la dinámica de la economía real ni por los precios», ha explicado el gobernador, planteando la posibilidad que respondan a un afloramiento de economía sumergida.
Según ha relatado, desde 2020 se ha producido un «desacoplamiento» entre las bases impositivas macroeconómicas y la recaudación tributaria, generando «residuos positivos», no explicados, que igual que han aflorado también pueden desaparecer de forma «muy rápida y abrupta».
Para ilustrarlo, ha puesto el ejemplo los ingresos extraordinarios de la burbuja inmobiliaria y cómo, tras ser pinchada, protagonizaron buena parte de la caída en la recaudación, y por ello ha pedido no no emplear toda esta mayor recaudación en gasto estructural. En este sentido, ha advertido de cómo los ingresos públicos se situarían en un 42,3% del PIB, dos décimas más que en 2022 pero casi tres puntos más que antes de la pandemia.
SIN LOS FONDOS, EL TONO FISCAL ES «LIGERAMENTE RESTRICTIVO»
Por todo ello, el Banco de España ha avalado como «factible» el objetivo de déficit del 3,9%, más aún si se tiene en cuenta que para este mismo año prevé un margen adicional de siete décimas respecto a la previsión del Gobierno (4,3% del PIB respecto al 5% del Ejecutivo).
Atendiendo a estas consideraciones, De Cos ha explicado que «el tono de la política fiscal» resultaría «ligeramente expansivo o neutro», e incluso «ligeramente restrictivo en 2023» en caso de que las medidas de apoyo temporal fueran temporales y no se convirtieran en permanentes.
En todo caso, ha señalado que esta orientación de la política fiscal se ciñe al contenido de los Presupuestos Generales del Estado, ya que en caso de incluirse los fondos europeos esta política «el tono sería claramente expansivo».
El gobernador ha incidido en que, pese a ello, se prevé un déficit estructural del 3,5% en 2023, «una cifra muy similar a la estimada antes de la pandemia». Es decir, pese al «fuerte dinamismo de los ingresos», este mayor volumen de recursos estaría compensándose con un aumento del gasto público que tendría carácter estructural.
EL IMPACTO DE LOS FONDOS EUROPEOS Y LA PREVISIÓN DE PIB
Respecto a la notable desviación en las previsiones de crecimiento –1,4% frente al 2,1% sobre el que están construidas las cuentas–, el gobernador del Banco de España ha destacado cómo en términos nominales las diferencias son menos siginificativas –«Sería un 5,9%, que es el que prevé el Banco de España»– y ha explicado que «una parte de la discrepancia» puede derivar del impacto que tengan los fondos europeos.
Así, el Plan Presupuestario remitido a la Comisión Europea contempla que la ejecución de estos fondos impulse la economía española en 0,9 puntos de PIB, frente a los 0,6 puntos que prevé el Banco de España para el próximo año, igual que para el ejercicio de 2022.
En este sentido, De Cos ha incidido en la «enorme incertidumbre» que existe alrededor del uso de estos fondos y de su impacto macroeconómico, señalando que la estimación más reciente reduce el mismo en un punto de PIB para el pasado año, dejándolo en dos décimas.
NO DESCARTA ENTRAR EN RECESIÓN ESTE MISMO AÑO
Durante su intervención, el gobernador del Banco de España no ha descartado que la economía entre en recesión en el tercer trimestre de este año, para el que se prevé un aumento del PIB del 0,1%, significativamente más bajo, ha dicho, que el 1,5% estimado en el segundo.
Sin embargo, la elevada incertidumbre obliga al supervisor a contemplar un rango que alcanza hasta el 0,5% de crecimiento como el 0,5% de contracción de la economía, sujeto a la senda de los precios de electricidad y gas.