Más de 60 personas participan en esta jornada, impulsada por la Delegación del Rector para las Políticas de Igualdad e Inclusión, con la participación de expertas en el ámbito nacional
La unidad de Igualdad entre Mujeres y Hombres, de la Delegación del Rector para las Políticas de Igualdad y de Inclusión, ha organizado una Jornada para el análisis de la brecha salarial en y desde la universidad, que se ha celebrado en formato virtual con la participación de más de medio centenar de personas inscritas.
La catedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Oviedo, Carolina Martínez Moreno, ha impartido la primera conferencia sobre Brecha salarial y discriminación laboral por razón de sexo. A continuación, la profesora titular de Comunicación Audiovisual y Publicidad, directora de la unidad de Igualdad de Oportunidades de la Universidad de Burgos y representante de las unidades de Igualdad de las Universidades Españolas, Isabel Menéndez Menéndez, ha hablado de La brecha salarial en el contexto universitario.
Las autoridades han resaltado que es “una realidad que tiene nombre de mujer”, que no solo afecta a desigualdades de salario sino estructurales y multifactoriales y que no se reconoce ni se conoce dentro y fuera de la universidad. Las “barreras mentales y culturales que hay que romper en la sociedad también están en la universidad”, han afirmado. Existe lo que se llama el “espejismo de la igualdad”, no hay conciencia de discriminación en tu condición profesional, “se ve como algo lejano, por lo que es necesario un trabajo de información y sensibilización”. Además, han recordado que los valores defendidos en la academia como la solidaridad o el trabajo en equipo también deben ir acompañados por el fomento del liderazgo; que en el caso de las mujeres se manifiesta en una desventaja a la hora de evaluar los «méritos individuales».
Las conferenciantes han recordado también como todo tiene un origen primario, en la falta de referentes en el ámbito educativo y en modelos tradicionales de hombres y mujeres en puestos de trabajo que sesgan cognitivamente la libre elección desde las edades más tempranas.
En el espacio universitario, a pesar de que las cifras de egresadas siguen siendo mayoritariamente femeninas (55%) y que los resultados académicos de mujeres (82%) son mejores cuando se hace una radiografía de los puestos laborales con mejor posición no se refleja esta realidad, ya que los hombres ocupan el 78% de los grupos A, el 58% de los OPIS y el 76% de las cátedras, según el último informe del Ministerio de Universidades de este año.
Por tanto, aparte de la brecha salarial, existe una “discriminación indirecta por la incorrecta valoración de los puestos de trabajo”, por el hecho de ser padres, “en el caso de las mujeres les perjudica y en los hombres, les beneficia”, en la selección y evaluación de los currículos y méritos por género, o en la promoción en la carrera profesional universitaria, entre otros. En este caso, se ha hablado de la “feminización” de los trabajos del Personal de Administración y Servicios, de los sexenios de transferencia e investigación o del acceso a las cátedras. Como dato, han señalado que hay un “2,5 % de probabilidad mayor para que un profesor titular sea catedrático en comparación con una mujer que tenga los mismos méritos académicos y de investigación, y si tienen hijos, el resultado es cuatro veces superior a favor del hombre”.