El presidente de Nigeria, Muhamadu Buhari, ha admitido este lunes por primera vez de forma clara que las 110 niñas que desaparecieron la semana pasada tras un asalto de Boko Haram en la localidad de Dapchi están «secuestradas» y ha prometido que «no se dejará a nadie abandonado en manos de los terroristas».
Buhari ha recibido en la sede de la Presidencia a un grupo de antiguos rehenes de Boko Haram que fueron liberados este mes y, ante ellos, ha realizado el reconocimiento más expreso hasta la fecha sobre lo ocurrido en una escuela de Dapchi, en el noreste del país.
«He ordenado a las agencias de seguridad que garanticen que todas las personas secuestradas, entre ellas las niñas de Dapchi, vuelvan a salvo»
Las personas liberadas le han trasladado a Buhari que «habían perdido la esperanza de salir alguna vez con vida» de su cautiverio, a lo que el presidente ha respondido reiterando que Nigeria «no abandona a ninguno de sus ciudadanos», según una serie de mensajes publicados en su perfil oficial de Twitter.
«He ordenado a las agencias de seguridad que garanticen que todas las personas secuestradas, entre ellas las niñas de Dapchi, vuelvan a salvo», ha destacado Buhari, quien ha recalcado que «cada vida nigeriana importa». «No escatimaremos ningún esfuerzo para que nadie sea abandonado en manos de los terroristas», ha resaltado.
El caso de Dapchi ha revivido en el país africano los recuerdos del secuestro masivo de niñas perpetrado por el grupo Boko Haram en la localidad de Chibok en el año 2014. Más de 270 menores fueron secuestradas en este rapto masivo, gran parte de las cuales continúan en paradero desconocido.
Boko Haram, que aspira a imponer la ‘sharia’ o ley islámica en el noreste de Nigeria, ha matado a más de 20.000 personas desde que comenzó su insurgencia en 2009.