Recibir el diágnostico de cáncer, supone un mazazo para el enfermo; unas circunstancias agrabadas aún más en tiempos de pandemia, cuando el miedo, la soledad y la «desatención sanitaria» se agudiza. Según estudios realizados, uno de cada cinco pacientes no han sido diagnosticados, o se han diagnosticado tarde, durante el confinamiento.
De otro lado, se estima que el 40 por ciento de los pacientes se han sentido solos durante la pandemia; y se calcula que del 34 por ciento de enfermos con depresión y ansiedad durante la primera ola, se ha pasado al 41% en el mes de diciembre.
Desde la Asociación Contra el Cáncer de Mama, su presidenta local en Chiclana, Lucía López, incide también en otros efectos del COVID en la población con cáncer, destacando la situación «desigualdad» y «vulnerabilidad». En este sentido, según un estudio realizado un 20 por ciento de los enfermos ha empeorado su situación económica durante el confinanmiento, y un 17 por ciento, aún no se ha recuperado.
