El Fiscal de Sala Coordinador de Menores, Javier Huete, ha avisado del «efecto contagio» de las denominadas ‘manadas’ (violaciones grupales, es decir, cometidas por dos o más personas) «por afán de emulación de los agresores» en este tipo de delitos, en los que los actos se cometen «con pérdida de conciencia de la gravedad» y los que la responsabilidad individual de la acción se «diluye» dentro del grupo
En una entrevista remitida por la Fiscalía este miércoles 20 de noviembre, Día Universal del Niño, el fiscal se expresa en estos términos al ser preguntado por el aumento de los abusos sexuales y de las agresiones sexuales en menores.
En concreto, Huete destaca las violaciones grupales en los menores. «No menos preocupante es la constatación, cada vez más frecuente, de la actuación grupal en algunas agresiones sexuales, reproduciéndose en diversos lugares las conocidas últimamente como ‘manadas’, incluso es posible constatar un efecto de «contagio», por afán de emulación de los agresores en este tipo de delitos, con pérdida de conciencia de la gravedad y responsabilidad individual de la acción al diluirse dentro del grupo», asevera.
Según ha precisado, en los últimos tres años «se han constatado importantes incrementos» de los delitos contra la libertad sexual, algo que en las memorias de la Fiscalía se achaca, en el caso de los abusos sexuales, a la reforma del Código Penal que elevó de trece a dieciséis años la edad para prestar consentimiento en las relaciones sexuales.
Eso sí, el fiscal apunta que en el año 2018 «el incremento ha sido aún más pronunciado» ya que «no sólo aumentan los abusos sexuales, sino también las agresiones sexuales que permanecían estabilizadas o a la baja».
Tal y como recalca, «se estima que el tema de los delitos contra la libertad sexual en edades adolescentes reviste aspectos inquietantes ya que se aprecia, de modo progresivo, que aparecen implicados menores de más corta edad». En este contexto, el fiscal apunta que » se detecta una gran precocidad y comportamientos y relaciones altamente sexualizados entre menores de muy corta edad», con significativas cifras de archivos de diligencias por ser los investigados de edad inferior a 14 años.
Respecto al acoso escolar, el fiscal destaca que «en las estadísticas no existen datos concretos del número de denuncias por hechos relacionados con acoso escolar» porque esos comportamientos quedan englobados en diferentes tipos delictivos del Código Penal, entre otras cosas.
En cualquier caso, Huete señala que el registro manual de este tipo de asuntos denunciados «corrobora la impresión de que el incremento de esas cifras en los años anteriores no se ha mantenido en el año 2018». Asimismo, refleja el «importante porcentaje de archivos por ser los denunciados de edad inferior a catorce años, incluso con denuncias interpuestas contra niños de muy corta edad».
También se ha referido al incremento de la violencia doméstica hacia ascendientes y hermanos. «Las cifras que se observan a lo largo de la década son muy altas y, como decíamos hace un año, no se vislumbran soluciones a corto plazo para reducir esta modalidad criminal», declara.
A su juicio, «este es un mal que permanece enquistado en el tejido social y que, paradójicamente, no ha tenido la misma repercusión mediática que sí han merecido otras vertientes de la delincuencia juvenil», citando el acoso escolar.