El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha acordado este martes inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía (CGPHA), como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Actividad de Interés Etnológico, el sorteo de las Hazas de la Suerte del Común de vecinos de Vejer de la Frontera (Cádiz), un ritual de más de siete siglos por el que se reparte unos lotes de tierra comunales para su explotación agrícola.
El acuerdo, a propuesta de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, destaca la singularidad de esta práctica por su condición de bien comunal, la original forma de sortear y compartir la tierra, el espíritu de convivencia democrática y su perdurabilidad en el tiempo, lo que conforma una tradición viva transmitida como elemento de identidad y cohesión social entre la población y que forma parte del patrimonio inmaterial de Andalucía.
En concreto, se reparten por sorteo 232 hazas o parcelas de labor que los vecinos explotarán durante cuatro años. Cada afortunado –también llamado colono– trabajará una o dos hazas propiedad del común de vecinos, mediante un contrato de arrendamiento y conforme al reglamento. Como requisito indispensable para participar en este sorteo, que se celebra el 22 de diciembre cada cuatro años, el colono debe estar empadronado y haber nacido en Vejer de la Frontera, excluyéndose los agraciados en sorteos anteriores.
Con la inscripción en el Catálogo General de esta actividad no sólo se incrementa la visibilidad del patrimonio inmaterial que lo representa, y que ha sido «celosamente» custodiado por los vejeriegos generación tras generación, sino que, además, se garantiza su continuidad en el tiempo, velando por la conservación tal y como se conoce. Con la máxima protección se pretende que este ritual festivo permanezca libre de intereses particulares, alejándola de intentos de reparcelación, expropiación y apropiación indebida.
El sorteo de las Hazas es un hecho cultural que involucra a todo el pueblo, cuyos vecinos viven emocionados el sorteo y los preparativos previos al mismo, ha indicado la Junta, que ha añadido que desde el momento del embolao, que tiene lugar la noche anterior al sorteo y consiste en introducir las bolas de las hazas y los vecinos en sus respectivos bombos, hasta el sorteo en sí, sin olvidar los bienes muebles utilizados en el ritual, como el bombo de los vecinos, el de las hazas, las bolas, las tablillas, el padrón de los vecinos, los reglamentos, las actas de los sorteos o los documentos del pleito entre Juan Relinque y los vecinos de la villa de Vejer.
Esta práctica se realiza en Vejer desde tiempos inmemorables de acuerdo a un protocolo establecido, primero fijado en base al derecho consuetudinario y desde 1868 mediante un reglamento escrito, que se ha ido modificando en diversas ocasiones para adaptarlo a la realidad social y económica.
El origen de las Hazas de la Suerte, llamadas así porque se vienen sorteando ininterrumpidamente entre los vecinos, se remonta a los primeros repartos de tierras entre los nuevos pobladores castellanos tras la definitiva expulsión de los musulmanes de estas tierras, una vez apaciguada la sublevación mudéjar en junio de 1264.
La primera donación de tierras se produjo en 1288, a la que seguirían otras en 1293 y 1318. Al situarse en una zona expuesta a los peligros de la frontera, el rey Sancho IV se vio obligado a incentivar la llegada de nuevos pobladores, concediéndoles, además de privilegios fiscales, unos lotes de tierra sin la necesidad de responder ante señor alguno. Y de ahí, nacen las hazas como propiedad del concejo de vecinos.