La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que se necesitan «urgentemente» medidas «eficaces y vinculantes» para proteger a los millones de niños, adolescentes y mujeres embarazadas de todo el mundo cuya salud se ve amenazada por el procesamiento informal de dispositivos eléctricos o electrónicos desechados.
Según el informe de la OMS, presentado este martes en rueda de prensa, hasta 12,9 millones de mujeres trabajan en el sector informal de los residuos, lo que las expone potencialmente a los residuos electrónicos tóxicos y las pone en peligro a ellas y a sus hijos no nacidos.
Además, más de 18 millones de niños y adolescentes, algunos de tan solo 5 años de edad, participan activamente en el sector industrial informal, del que el procesamiento de residuos es un subsector. «Los niños suelen ser contratados por sus padres o cuidadores para el reciclaje de residuos electrónicos porque sus pequeñas manos son más hábiles que las de los adultos. Otros niños viven, van a la escuela y juegan cerca de los centros de reciclaje de residuos electrónicos, donde los altos niveles de sustancias químicas tóxicas, principalmente plomo y mercurio, pueden dañar sus capacidades intelectuales», explica la OMS.
«Los niños y los adolescentes tienen derecho a crecer y aprender en un entorno saludable, y la exposición a los residuos eléctricos y electrónicos y a sus numerosos componentes tóxicos afecta indudablemente a ese derecho. El sector de la salud puede desempeñar un papel de liderazgo y promoción, realizando investigaciones, influyendo en los responsables políticos, involucrando a las comunidades y llegando a otros sectores para exigir que las preocupaciones sanitarias ocupen un lugar central en las políticas sobre desechos electrónicos», ha comentado la directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, la española Maria Neira.
La experta ha alertado de que los niños expuestos a los residuos electrónicos son «especialmente vulnerables» a las sustancias químicas tóxicas que contienen debido a «su menor tamaño, sus órganos menos desarrollados y su rápido ritmo de crecimiento y desarrollo». «Absorben más contaminantes en relación con su tamaño y son menos capaces de metabolizar o erradicar las sustancias tóxicas de su cuerpo», ha expuesto.
IMPACTO DE LOS RESIDUOS ELECTRÓNICOS EN LA SALUD HUMANA
En su documento, la OMS apunta que los trabajadores, cuyo objetivo es recuperar materiales valiosos como el cobre y el oro, corren el riesgo de «exponerse a más de 1.000 sustancias nocivas, como el plomo, el mercurio, el níquel, los retardantes de llama bromados y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP)».
«Para una futura madre, la exposición a los residuos electrónicos tóxicos puede afectar a la salud y el desarrollo de su hijo no nacido para el resto de su vida. Entre los posibles efectos adversos para la salud se encuentran los resultados negativos del nacimiento, como el nacimiento de niños muertos y prematuros, así como el bajo peso y la duración del nacimiento», detallan.
En este sentido, el organismo sanitario internacional de Naciones Unidas detalla que la exposición al plomo procedente de las actividades de reciclaje de residuos electrónicos se ha asociado a una reducción significativa de las puntuaciones de la evaluación neurológica del comportamiento neonatal, a un aumento de las tasas de trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH), a problemas de comportamiento, a cambios en el temperamento del niño, a dificultades de integración sensorial y a una reducción de las puntuaciones cognitivas y del lenguaje.
Otros efectos adversos para la salud infantil relacionados con los residuos electrónicos son los cambios en la función pulmonar, los efectos respiratorios y de la respiración, los daños en el ADN, el deterioro de la función tiroidea y el aumento del riesgo de padecer algunas enfermedades crónicas más adelante en la vida, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
«Un niño que coma un solo huevo de gallina procedente de Agbogbloshie, un vertedero de Ghana, absorberá 220 veces el límite diario de ingesta de dioxinas cloradas establecido por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. La causa es la gestión inadecuada de los residuos electrónicos. Se trata de una cuestión creciente que muchos países no reconocen aún como un problema de salud. Si no actúan ahora, sus repercusiones tendrán un efecto sanitario devastador en los niños y supondrán una pesada carga para el sector sanitario en los próximos años», ha criticado la autora principal del informe de la OMS, Marie-Noel Brune Drisse.
UN PROBLEMA QUE AUMENTA RÁPIDAMENTE
El volumen de residuos electrónicos está aumentando en todo el mundo. Según la Asociación Mundial de Estadísticas de Residuos Electrónicos (GESP, por sus siglas en inglés), crecieron un 21 por ciento entre 2014 y 2019, cuando se generaron 53,6 millones de toneladas métricas de residuos electrónicos.
Para tener una perspectiva, los desechos electrónicos del año pasado pesaron tanto como 350 cruceros colocados de punta a punta para formar una línea de 125 kilómetros de largo. Se prevé que este crecimiento continúe a medida que el uso de ordenadores, teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos siga aumentando, junto con su rápida obsolescencia.
Así, el documento recoge que solo el 17,4 por ciento de los residuos electrónicos producidos en 2019 llegaron a instalaciones formales de gestión o reciclaje, según las estimaciones más recientes del GESP, el resto fue vertido ilegalmente, en su inmensa mayoría en países de ingresos bajos o medios, donde es reciclado por trabajadores informales.
La recogida y el reciclaje adecuados de los residuos electrónicos son fundamentales para proteger el medio ambiente y reducir las emisiones climáticas. En 2019, el GESP descubrió que el 17,4 por ciento de los residuos electrónicos que se recogieron y reciclaron adecuadamente evitaron que se liberaran al medio ambiente hasta 15 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalentes.
LLAMADA A LA ACCIÓN
A la vista de estos datos, la OMS pide que los exportadores, los importadores y los gobiernos adopten medidas «eficaces y vinculantes» para garantizar la eliminación ambientalmente racional de los desechos electrónicos y la salud y la seguridad de los trabajadores, sus familias y las comunidades; que se vigile la exposición a los desechos electrónicos y los resultados en materia de salud; que se facilite una mejor reutilización de los materiales; y que se fomente la fabricación de equipos electrónicos y eléctricos más duraderos.
También pide a la comunidad sanitaria que actúe para reducir los efectos nocivos para la salud de los desechos electrónicos, aumentando la capacidad del sector de la salud para diagnosticar, vigilar y prevenir la exposición tóxica entre los niños y las mujeres, concienciando sobre los posibles beneficios colaterales de un reciclaje más responsable, trabajando con las comunidades afectadas y abogando por mejores datos e investigaciones sanitarias sobre los riesgos para la salud a los que se enfrentan los trabajadores informales de los desechos electrónicos.
«Con los crecientes volúmenes de producción y eliminación, el mundo se enfrenta a lo que en un reciente foro internacional se describió como un creciente «tsunami de desechos electrónicos», que pone en riesgo la vida y la salud. Del mismo modo que el mundo se ha unido para proteger los mares y sus ecosistemas de la contaminación por plásticos y microplásticos, tenemos que unirnos para proteger nuestro recurso más valioso, la salud de nuestros hijos, de la creciente amenaza de los desechos electrónicos», ha remachado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.