El delegado de Policía Local destaca que esta actuación “llega para mejorar la seguridad y la movilidad en esta vía, que es una de las arterias principales de la ciudad”
El teniente de alcalde y delegado municipal de Policía Local, Jose Vera, ha visitado las obras de la carretera de Fuente Amarga, desde La Pedrera hasta la Venta El Florín, que continúan a buen ritmo, ahora con la colocación del acerado. Estos trabajos dieron comienzo en el mes de octubre del pasado año, están siendo ejecutados por Construcciones Garrucho y la inversión es de 2.118.616,65 euros. Una actuación que se enmarca en la Agenda Urbana Chiclana 2030 cofinanciada por la Unión Europea a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y los Fondos Next Generation.
Jose Vera ha señalado que las obras marchan a buen ritmo, por lo que se espera que a finales de este año estén acabadas. “Se trata de una actuación importante, porque llega para mejorar la movilidad y la seguridad de esta carretera, que es una de las vías principales de la ciudad”, ha incidido el delegado, recordando cuáles son las mejoras que se producirán en la calzada, con la colocación también del acerado, alumbrado y la red de abastecimiento de agua. “Esta obra nos permite seguir vertebrando la localidad y ganar en seguridad en nuestros desplazamientos, para los vehículos, los ciclistas y los peatones”, ha incidido.
Hay que recordar que esta obra se está ejecutando sobre una longitud de casi dos kilómetros, en ella se está ampliando la calzada de dos a cuatro carriles para el tráfico rodado, se está procediendo a la creación de carriles bici y acerado, además de la instalación de tuberías para pluviales, fecales y abastecimiento. También se ha procedido a la ampliación de la iluminación pública.
Por otro lado, el proyecto prevé la construcción de dos nuevas glorietas, una en la confluencia con el callejón del Toro y otra en la intersección con el callejón de la Bufanda. El plazo de ejecución de las obras es de 12 meses y la previsión es que estén finalizadas a finales de este año.
Esta vía será la continuación de la carretera de la Rana Verde, puesto que se plantea el mismo diseño de movilidad, con dos carriles por cada sentido y una plataforma que incluye el carril bici y el acerado de 1,8 metros.
El objeto del proyecto es la conversión de un vial que actualmente cumple únicamente objetivos de accesibilidad y movilidad, requeridos a una carretera convencional, a otra carretera que no solo cumpla esos objetivos sino que avance en el desarrollo de los núcleos urbanos colindantes, que permita la convivencia entre el peatón, ciclista y vehículos, y al mismo tiempo incida en el incremento de la seguridad vial de la zona, calme el tráfico y mejore los aspectos ambientales y estéticos de un espacio deteriorado, pasando por tanto a un vial urbanizado pero desde un enfoque hacia una nueva movilidad urbana sostenible.
Por tanto, se trata no ya solo de completar una infraestructura que forma parte de uno de los ejes de comunicación principales del término sino de aprovechar esta actuación en transformar, bajo criterios de sostenibilidad, un espacio actual para el vehículo en un espacio de convivencia y regenerador del entorno, que promueva las interrelaciones y aumente la capacidad de generación de actividad económica.