José Manuel Lechuga cumplió su palabra y su pregón de Semana Santa fue muy personal y cargado de vivencias, tal y como nos había anunciado semanas atrás. Desprovisto de barroquismo, Lechuga fue desgranando sus experiencias, sus deseos, sus anécdotas y sus desvelos por su pueblo y su semana de pasión.
El Teatro Moderno se llenó de cofrades, familiares, amigos y personas que quisieron escuchar la disertación de alguien muy ligado a la tierra, hasta el punto que su mensaje se ceñía siempre a su devoción por Chiclana.
Primeramente Jesús Romero, amigo personal y que conoce a José Manuel Lechuga desde hace muchos años, se encargó de la presentación esbozando lo que después escucharíamos, y es la prosa de quien siente la Semana Santa desde el corazón.
Una vez en el escenario, el pregonero no pudo dejar de mencionar al Nazareno al que desde hace décadas le profesa una gran devoción, para después, hacer un recorrido por otras imágenes como la Virgen del Carmen y la Virgen de los Remedios. También se detuvo en reivindicar lo que a su juicio debe tener la Semana Santa de Chiclana y las demandas que quiso recoger en su pregón.
Un pregón que contó con el respaldo de la corporación local del ayuntamiento de Chiclana, representada en esta ocasión por el delegado de medio ambiente, Joaquín Páez, al no poder acudir el alcalde por estar participando en el 25 aniversario de Chiclana con la localidad cántabra de El Astillero. También acompañaron a este pregonero, concejales de la corporación municipal, hermanos mayores de las hermandades y su presidente, Juan Rodríguez Tenorio.