El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha acusado hoy a Vox de extender el odio en el país y aportar un «plus de brutalidad» al PP, siendo el «glutamato» de la derecha, tras calificar la moción de censura contra el Ejecutivo, que se debate desde esta mañana en el Parlamento, como «delirante».
Asimismo, considera que la abstención de los ‘populares’ es un «pago en diferido».
El jefe del Ejecutivo ha intervenido para responder a Santiago Abascal, después de que éste haya presentado al candidato Ramón Tamames tras atacar al Gobierno y pedir el apoyo del PP a su moción y elecciones anticipadas. Sin embargo, Pedro Sánchez no ha mencionado el nombre del candidato a lo largo de su discurso, limitándose a acusar a Abascal de esconderse tras éste.
Para Sánchez, se trata de una moción «estrambótica» y «delirante» pero que cree que pone en evidencia que la «abstención» del PP –frente al «no» de este partido en la primera moción que presentó– es un «pago en diferido, un anticipo de caja, como se lleva en casa, pasando de un no decente a una indecente abstención». Además, ha advertido de que «la ultraderecha les va a exigir un segundo pago» a los de Feijóo.
Pero aunque ha descalificado la moción, no la ha querido despreciar porque considera que le da la oportunidad para «observar de cerca» a sus promotores y reflexionar sobre cuál es la utilidad de los mismos, es decir, para saber qué ha aportado la ultraderecha a España y para conocer «para qué sirve VOX».
En su opinión, la moción la presenta alguien que disfruta de parecer el «profeta» que anuncia el apocalipsis pero que, después de anunciar una emergencia social, se tomó un reposo de cien días para acabar montando «este show parlamentario».
BRONCA, INSULTOS Y EXTENDER EL ODIO
Dicho esto, Pedro Sánchez ha pasado a explicar lo que, a su juicio, es el legado parlamentario «breve pero intenso» del partido de Abascal. En este sentido ha señalado que no ha aportado una sola medida en favor de la convivencia entre españoles y ha resumido su actuación asegurando: «En las calles agitación, en las tribunas, bronca, insultos, en el Parlamento, dos mociones estériles y en todas partes, odio».
También ha incidido en la similitud que existe, según ha dicho, con el PP. «Como dos gotas de agua», ha dicho antes de apuntar que ambos partidos promueven políticas regresivas y votan en contra de todas las medidas progresistas de Gobierno incluso en momentos difíciles como la pandemia y la guerra.
No obstante, ha apuntado que la «única diferencia» entre el PP y Vox es que este último partido aporta un «plus de brutalidad» y solo saben señalar a «falsos culpables» y «orientar el odio y la frustración» contra quienes padecen problemas.
En este sentido, ha espetado que Vox es a la política española como la comida ultraprocesada a la dieta mediterránea, con un discruso de «mensajes perjudiciales» y convertido en el «glutamato de la derecha», haciendo así alusión a un ingrediente que se utiliza para potenciar el sabor de los alimentos.
Dicho esto, ha pasado a explicar que VOX no ha presentado la moción ni por la unidad de España, ni por la Constitución –acusando de paso al PP de ser el único en incumplirla por no renovar el CGPJ–, ni por Cataluña, ni por la economía.
Las verdaderas razones, ha dicho, consisten en que este Gobierno está llevando al BOE todo por lo que se movilizó este país en contra de la respuesta neoliberal durante crisis financiera y ha aprovechado para mencionar las cuestiones aprobadas por su Gobierno como el aumento de las pensiones, las becas, el Salario Mínimo Interprofesional o la mejora en la dependencia o el aumento de los contratos sanitarios.