Por ello solicita a las administraciones que impidan que se convierta en una opción marginal.
Atendiendo a la necesidad de adoptar medidas de prevención que eviten una propagación de la enfermedad, las administraciones públicas se han visto obligadas a reforzar la protección de los usuarios que utilizan esta modalidad de transporte, por lo que, entre otras actuaciones, se han reducido las plazas disponibles en trenes y autobuses, y se ha impuesto a los usuarios la obligación de utilizar mascarillas y de abonar los viajes mediante tarjetas de transporte.
La asociación, sin poner en duda la necesidad de dichas actuaciones, considera que las mismas, unidas el temor de los usuarios ante un posible contagio, pueden originar un descenso más que considerable en el uso de los transportes públicos colectivos una vez que nos encontramos en la situación que ha venido a denominarse como nueva normalidad.
Por ello, esta organización solicita a las administraciones públicas que impidan que el uso del transporte público colectivo se convierta en una opción marginal, a la que sólo recurran aquellos usuarios que no tengan más remedio que utilizarlo, y que, por el contrario, se continúen fomentando esta opción como preferente para los desplazamientos habituales.
Para ello, cree que, una vez se alcance la situación de nueva normalidad, las administraciones deben seguir invirtiendo, según FACUA, en la mejora del transporte público, garantizando a los usuarios que su utilización no supone un riesgo para su salud e impidiendo una pérdida de calidad del mismo, de forma que se garantice, como mínimo, el mantenimiento de las líneas y frecuencias de paso de las que se disfrutaban antes de la pandemia.