La veda obedece al acuerdo alcanzado entre el sector y el Gobierno central, y tendrá la flota amarrada a puerto hasta el próximo 1 de febrero
Un total de 82 barcos de cerco que faenan en aguas del Golfo de Cádiz, con base en puertos de Huelva y Cádiz, han empezado una veda de 60 días para dar descanso al caladero y propiciar la regeneración de distintas especies como la sardina o el boquerón.
La veda obedece al acuerdo alcanzado entre el sector y el Gobierno central, y tendrá la flota amarrada a puerto hasta el próximo 1 de febrero, según fuentes del sector.
Las embarcaciones que se dedican a esta modalidad en el Golfo de Cádiz están localizadas en los puertos onubenses de Punta Umbría e Isla Cristina y en los gaditanos de Barbate y Sanlúcar de Barrameda, y sus capturas principales son la sardina y el boquerón.
Esta parada es de obligado cumplimiento para que pueda seguir adelante la regeneración del caladero, garantizando la actividad en el futuro desde un punto de vista sostenible.
La parada pone fin a una temporada de pesca que ha encontrado, como en otras campañas, en la sardina, la especie de captura más polémica.
Ello por la entrada en vigor en octubre de la Orden de optimización para la sardina ibérica que desde el sector tacharon de «totalmente incoherente ya que generará serios perjuicios sociales y económicos a la pesquería».
Desde flotas como la de Barbate se reclama a las administraciones pesqueras que se realice un estudio sobre los bancos de sardinas que se han desplazado a la frontera de Portugal, lo que hace inviable para ellos acudir a faenar a esa zona por los altos costes que supone.