Los padres del niño de ocho años Gabriel Cruz, asesinado en febrero en Las Hortichuelas de Níjar (Almería), han trasladado este viernes los restos mortales del pequeño hasta el mar que baña el parque natural de Cabo de Gata, «su lugar mágico y en el que descansará».
Así lo han indicado Patricia Ramírez y Ángel Cruz en un comunicado remitido a los medios, en el que han destacado que se «trata de un día especial» ya que Gabriel «ha vuelto al mar al que tanto amaba».
Los restos mortales del niño fueron incinerados el pasado día 9 después de que el juez instructor de la causa contra Ana Julia Quezada por presuntos delitos de asesinato, detención ilegal y contra la integridad moral autorizase su exhumación del camposanto de Fernán Pérez, en Níjar.
En el comunicado, al que acompaña un vídeo de la cala de aguas limpias en el que reposa el pequeño desde las 8,45 horas, Patricia y Ángel trasladan el contenido de la carta que han leído «para despedirlo de la tierra antes de zambullirse en el mar, nuestro mar, vuestro mar y el de las futuras generaciones que habrán de llegar».
En esta extensa misiva, anuncian a su hijo que «hoy saldrá de la oscuridad para surcar los mares y sus profundidades» y que, en la «despedida» le acompañarán «miles de pececitos terrestres que decidieron brillar mostrando sus aletas, luciendo sus colas y erizando sus escamas cuando les inundó el amor que desprendiste al abandonar la tierra».
Recuerdan la «marea de buena gente» que se movilizó tras su desaparición de su hijo, y que les acompañó en el duelo tras conocerse su asesinato 13 días después.