martes, noviembre 26, 2024
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Un estudio científico pronostica que España será el país con mayor esperanza de vida del mundo en el 2040

Hace dos años, España se situaba en cuarto lugar entre los países con mayor esperanza de vida, con un promedio de 82,9 años; sin embargo, si continúan las tendencias recientes de salud podría subir hasta ubicarse en el primer lugar en 2040 con una esperanza de vida promedio de 85,8 años, según un estudio realizado por el Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington, EEUU.

La información, que publica la revista médica internacional ‘The Lancet’, señala que la expectativa de vida de España podría aumentar hasta 4,5 años en el ‘mejor escenario de salud’, lo que supondría llegar hasta los 87,4 años, o sólo 0,8 años en un ‘peor escenario’ de salud, es decir 83,8 años.

Japón, que ocupaba el primer lugar en 2016 con una esperanza de vida de 83,7 año, bajará al segundo lugar en 2040 con un promedio de esperanza de vida de 85,7 años. Le sigue Singapur (promedio de esperanza de vida de 85,4 años) se mantiene en el tercer lugar, en comparación con 83,3 años en 2016; Suiza cae al 4 con un promedio de esperanza de vida de 85,2 años, en comparación con 83,3 años en 2016 que le clasificaba como segundo.

En quinto lugar se encuentra Portugal con un promedio de esperanza de vida de 84,5 año), en comparación con 81,0 años en 2016 subiendo del puesto 23; Italia con un promedio de esperanza de vida de 84,5 años, en comparación con 82,3 años en 2016, cuando estaba en séptimo lugar del ranking; Israel con 84,4 años en 2040, en comparación con 82,1 años en 2016, asciende del puesto 13.

Les siguen en el ‘top ten’, Francia con un promedio de esperanza de vida de 84,3 años, en comparación con 82,3 años en 2016 y manteniéndose octavo en el ranking; Luxemburgo con un promedio de esperanza de vida de 84,1 años, en comparación con 82,2 años en 2016, ascendiendo del puesto 10; y, finalmente, Australia con un promedio de esperanza de vida de 84,1 años, en comparación con 82,5 años en 2016, descendiendo del quinto puesto.

En contraste, Estados Unidos en 2016 se ubicó en el puesto 43, con un promedio de esperanza de vida de 78,7 años. En 2040, se pronostica que la esperanza de vida aumentará solo 1,1 años a 79,8, lo que le hace bajar de rango al puesto 64. En comparación, el Reino Unido tuvo una esperanza de vida de 80,8 años en 2016 y se espera que aumente a 83,3, aumentando su clasificación de 26 a 23 en 2040.

En marcado contraste, los países que ocupan el último lugar, que incluyen Lesotho, Swazilandia, República Centroafricana y Sudáfrica, los «mejores» y «peores escenarios» en 2040 van desde un máximo de 75,3 años en Sudáfrica («mejor» escenario ) a un mínimo de 45,3 años en Lesotho («peor escenario»), una diferencia de 30 años.

Además se espera que en 2040 algunas naciones suban sustancialmente en su clasificación en términos de esperanza de vida. Así, se espera que Siria aumente más en el ranking mundial, de 137º en 2016 a 80 en 2040, según los autores; Nigeria del 157 al 123, e Indonesia del 117 al 100.

«Las desigualdades seguirán siendo grandes», ha señalado el doctor Christopher Murray, director de IHME. «La brecha entre los escenarios «mejor» y «peor» se reducirá, pero seguirá siendo significativa. En un número sustancial de países, demasiadas personas continuarán ganando ingresos relativamente bajos, seguirán teniendo poca educación y morirán prematuramente. Pero las naciones podrían progresar más rápido ayudando a las personas a enfrentar los principales riesgos, especialmente el tabaquismo y la mala alimentación», ha añadido.

En el mismo sentido, el director de Ciencia de Datos del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington, y autor principal del estudio, el doctor Kyle Foreman, ha explicado que «el futuro de la salud del mundo no está preestablecido, y hay una amplia gama de trayectorias plausibles».

CAUSAS DE MUERTE PREMATURA

La posibilidad de ver un progreso significativo o un estancamiento en la esperanza de vida depende de cómo los sistemas de salud abordan bien o mal los factores clave de la salud. Según Foreman, los cinco principales impulsores de la salud que explican la mayor parte de la trayectoria futura de la mortalidad prematura son la presión arterial alta, el índice de masa corporal alto, el alto nivel de azúcar en sangre, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol. La contaminación del aire ocupa el sexto lugar.

En 2016, las 10 principales causas de muerte prematura en España fueron la cardiopatía isquémica, la enfermedad de Alzheimer, el cáncer de pulmón, el accidente cerebrovascular, la EPOC, el cáncer de colon y recto, el cáncer de mama, el suicidio, otras enfermedades cardiovasculares y las infecciones respiratorias bajas. En 2040, se espera que las causas principales sean la enfermedad de Alzheimer, la cardiopatía isquémica, el cáncer de pulmón, la EPOC, el cáncer de colon y recto, el accidente cerebrovascular, la enfermedad renal crónica, otras enfermedades cardiovasculares, el cáncer de páncreas y la diabetes.

El estudio proyecta un aumento significativo en las muertes por enfermedades no transmisibles (ENT), que incluyen diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedad renal crónica y cáncer de pulmón, así como el empeoramiento de los resultados sanitarios vinculados a la obesidad. Asimismo, pone en énfasis el gran potencial para influir en la salud a través de la lucha contra la hipertensión, la obesidad, el tabaco, el alcohol y la contaminación del aire.

ENFERMEDADES NO TRANSMISIBLES

En 2016, 4 de las 10 causas principales de mortalidad prematura fueron enfermedades no transmisibles (ENT) o lesiones; en contraste, en 2040, ese número aumenta a ocho. Se estima que las ocho enfermedades no transmisibles o lesiones que estarán entre las 10 primeras causas de mortalidad prematura en 2040 serán cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular, EPOC, enfermedad renal crónica, Alzheimer, diabetes, lesiones viales y cáncer de pulmón.

«El estudio no tiene precedentes en su alcance», ha señalado Foreman, pero proporciona un modelo estadístico más sólido y estimaciones más completas y detalladas de los factores de riesgo y enfermedades que los pronósticos previos de las Naciones Unidas y otros institutos de estudios de población.

Los investigadores del IHME aprovecharon los datos del estudio Global Burden of Disease (GBD) para producir pronósticos y escenarios alternativos «mejores» y «peores» para la esperanza de vida y la mortalidad debida a 250 causas de muerte en 195 países y territorios.

«El rango de escenarios «mejores» y «peores» permite a las partes interesadas examinar posibles cambios para mejorar los sistemas de salud a nivel local, nacional y mundial», ha señalado Murray. «Estos escenarios ofrecen nuevas perspectivas y ayudan a enmarcar la planificación de la salud, especialmente en lo que respecta a largos períodos de retraso entre las inversiones iniciales y su impacto, como en la investigación y el desarrollo de medicamentos», ha añadido.

Además de llamar la atención sobre la importancia creciente de las enfermedades no transmisibles, el análisis expone un riesgo sustancial de que repunte la mortalidad por VIH/sida, lo que podría deshacer los aumentos recientes en la esperanza de vida en varias naciones del África subsahariana.

Además, aunque se proyecta que las ENT aumenten en muchos países de bajos ingresos, es probable que las enfermedades transmisibles, maternas, neonatales y nutricionales se mantengan entre las principales causas de muerte prematura, creando así una «doble carga» de la enfermedad.

Sin embargo, hay «un gran potencial para alterar la trayectoria descendente de la salud» al abordar los factores de riesgo clave, los niveles de educación y el ingreso per cápita, dicen los autores.

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