Cerca de un centenar de especialistas en Neurofisiología Clínica se han reunido este pasado fin de semana en el Hospital Universitario Puerto Real (Cádiz) para analizar y debatir sobre las últimas técnicas y avances en el diagnóstico neurofisiológico de las patologías del sistema nervioso.
Según ha informado la Junta en una nota, el centro portorrealeño, a través de su Servicio de Neurofisiología y sus profesionales Beatriz Rosado y Lucía Moreno, ha organizado la ‘XXXVI Reunión Anual de la Sociedad Andaluza de Neurofisiología Clínica’, un evento, inaugurado por el gerente del hospital, José Luis Guijarro, con un completo programa que ha revisado de todas las facetas de la especialidad a través de mesas de debate, talleres, comunicaciones, y presentación de trabajos de investigación.
El objetivo de este foro es fomentar no sólo el intercambio de conocimientos e inquietudes entre estos profesionales, sino potenciar la interrelación personal entre servicios de neurofisiología clínica de todas las provincias andaluzas y con otras unidades dentro y fuera del propio hospital.
La Neurofisiología Clínica es una especialidad médica dentro del grupo de neurociencias que tiene como objetivo la exploración funcional del sistema nervioso, utilizando, entre otras, las técnicas de electroencefalografía, de electromiografía, de polisomnografía, de potenciales evocados, de estimulación magnética transcraneal, todas ellas con fines diagnósticos, pronósticos y terapéuticos.
Su campo de acción comprende el estudio, la valoración y modificación funcional del sistema nervioso (central y periférico), y de los órganos de los sentidos y musculares, tanto en condiciones normales como patológicas.
Estas técnicas resultan claves en el diagnóstico, cuantificación y seguimiento de muchas enfermedades neurológicas que afectan tanto a menores como a adultos, como son la epilepsia, coma de cualquier etiología, las enfermedades neuromusculares (radiculopatías, neuropatías, miopatías, miastenia gravis…), o las alteraciones del sueño (síndrome de piernas inquietas, trastornos de la conducta durante el sueño, narcolepsia, etcétera), entre las más habituales.
La afectación del sistema nervioso, por lo general, forma parte de las áreas de actuación de la mayoría de las especialidades médicas y quirúrgicas (Pediatría, Traumatología, Neurología, Neurocirugía, Psiquiatría, Reumatología, Neumología, Medicina Interna, Rehabilitación, ORL, Oftalmología, Medicina Intensiva, etcétera), por lo que todas ellas precisan exploraciones neurofisiológicas, que confiere a la Neurofisiología Clínica el carácter de servicio central y le permite contribuir en el desarrollo de la investigación médica de todas aquellas áreas con las que está relacionada.
Con la llegada de Beatriz Rosado a la Unidad de Neurofisiología del Hospital Universitario Puerto Real hace una década, el servicio ha tenido un fuerte impulso, según ha detallado la Junta, gracias a la creación de la unidad de vídeo-EEG, al impulso a la Neuropediatría y a su colaboración estrecha con la UCI. La reciente incorporación de Lucía Moreno, junto con la presencia de un equipo de enfermería altamente especializado, ha reforzado el trabajo de estos años.
Prueba de ello es que durante esta última década se han celebrado dos reuniones de la Sociedad Andaluza de Neurofisiología Clínica en centro portorrealeño, se han publicado comunicaciones científicas en congresos de ámbito nacional e internacional, y se ha colaborado con la Universidad de Cádiz en la formación del alumnado y en trabajos de investigación.
Dicho trabajo multidisciplinar se ha visto recompensado con el Premio a la Mejor Comunicación en esta XXXVI Reunión, concretamente al trabajo denominado ‘Encefalitis por Virus del Nilo. Hallazgos Electroencefalográficos’, desarrollado por las mencionadas neurofisiólogas clínicas, junto con Juan Bosco López y Mariluz Carmona, de los servicios de Medicina Interna y la UCI respectivamente; todos ellos son miembros del Hospital de Puerto Real.
La XXXVI Reunión ha girado en torno a cuatro grandes temáticas. La primera, eminentemente práctica, ha abordado los avances en el diagnóstico de las patologías que afectan a la vía visual, las exploraciones neurofisiológicas de neuropatías poco frecuentes y suelo pélvico, así como la utilidad de la estimulación magnética transcraneal en la neuromodulación.
El segundo bloque, dedicado a la Electroencefalografía (EEG), ha puesto el foco en temas tan relevantes como su utilidad en la UCI o en la patología autoinmune, o la aportación del EEG cuantificado en pacientes en coma, entre otros asuntos. Las dos últimas partes han estado dedicadas a la Electromiografía (EMG) y la Monitorización Intraoperatoria respectivamente.
Entre los ponentes invitados a estas sesiones se encontraban neurólogos y neurofisiólogos clínicos de prestigio nacional e internacional. De especial interés resultó, en el apartado de EMG, la mesa redonda celebrada sobre la importancia del trabajo de las unidades multidisciplinares en el diagnóstico y tratamiento de pacientes con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y sus familias.
De forma paralela, se ha desarollado el I Curso de EEG para profesionales de Enfermería, en el que, como novedad, partiendo del propio enfoque del personal enfermero vinculado a estas unidades, se ha presentado a los asistentes las bases neurofisiológicas tanto del EEG, como del vídeo-EEG y la Polisomnografía con objeto de reforzar el conocimiento del trabajo de Enfermería en una de las grandes especialidades desconocidas.