Una investigación de la Universidad de Binghamton (Estados Unidos) utiliza una nueva metodología para detectar el SARS-CoV-2 que puede producir resultados fiables más rápidamente que otros métodos.
Los métodos para detectar el SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, son de dos tipos. El primero detecta la proteína o «antígeno» del virus, que es la base de las pruebas rápidas que se encuentran en las farmacias, y cuyos resultados suelen obtenerse en unos 15 minutos.
El segundo tipo son las pruebas moleculares diseñadas para detectar el ácido nucleico del virus, que pueden tardar de uno a tres días en devolver los resultados, como la PCR.
En las pruebas moleculares, muy específicas y sensibles, las muestras deben enviarse a los laboratorios de análisis, donde son procesadas y analizadas por técnicos con formación especializada. Por ello, los científicos las consideran el estándar por su fiabilidad, aunque su largo tiempo de espera las hace incómodas para los pacientes.
«Nos centramos en reducir el tiempo de espera de las pruebas moleculares. Desarrollamos un sensor de ácido nucleico (lo llamamos baliza electrónica) que tiene el potencial de acelerar el tiempo de entrega de las muestras, al tiempo que mantiene los parámetros de sensibilidad y especificidad que hacen que las pruebas moleculares sean tan potentes», explica Brian Callahan, desarrollador de este nuevo método, cuyos primeros resultados se han publicado en la revista ‘ChemBioChem’.
Las balizas enzimáticas son ‘bioconjugados’ diseñados con dos componentes clave: una enzima generadora de luz y una sonda de ADN. Los componentes se unen mediante un método recientemente patentado.
En estas balizas preparadas para el SARS-CoV-2, la sonda de ADN reconoce una secuencia específica en el gen de la espiga del virus; ese reconocimiento, a su vez, hace que aumente la producción de luz de la enzima unida. Cuanto más ácido nucleico viral haya en una muestra, más brillante será la señal luminosa del componente enzimático de la baliza electrónica.
Las balizas electrónicas pueden dar resultados positivos o negativos más rápidamente que las pruebas moleculares, y sin la costosa instrumentación que requieren las PCR. «Por ahora, nuestras balizas electrónicas parecen ser tan específicas e incluso más sensibles que los métodos de detección utilizados en las pruebas moleculares actuales del SARS-CoV-2», asegura Callahan.
Sin embargo, los experimentos con balizas electrónicas aún no se han llevado a cabo fuera del laboratorio, que es el siguiente paso de esta investigación.