Un estudio efectuado por El Hospital Niño Jesús y la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), con el apoyo de Purina, ha confirmado la efectividad de la terapia asistida con animales en pacientes adolescentes con trastornos de la conducta alimentaria (TCA), como la anorexia o la bulimia.
Concretamente, según ha precisado la psiquiatra Beatriz Martínez, coordinadora del Hospital de Día de Adolescentes del Servicio Psiquiatría y Psicología del Hospital Niño Jesús, para el estudio se establecieron dos grupos en la investigación: el de control, cuyas pacientes seguían la práctica habitual en el hospital de día sin la intervención con animales; y el del ensayo. En total, en el estudio participaron 32 pacientes.
Según ha confirmado la experta, mejoraron los parámetros de depresión y ansiedad en hasta 6,1 puntos de estas pacientes (medidas con la escala STAI-C, de ansiedad en población infantil), en comparación con el grupo de control, que mejoró 0,5 en el mismo período. Asimismo, mejoró la vinculación de las pacientes con sus familias.
La mejoría más clara se presentó en los ítems relacionados la desconfianza hacia los demás, los miedos con respecto a las sensaciones sobre su propio cuerpo y el miedo a los cambios corporales. También se identificó una mejoría en la composición corporal y peso del grupo de intervención respecto al de control, progresando un 0,6 entre el momento pre y post de las sesiones.
«Observamos diferencias significativas en lo que tiene que ver con la autoestima, la autoimagen corporal y el miedo a la madurez y a crecer», precisa la psiquiatra. Los resultados se midieron a través de cuestionarios, que se suelen utilizar en el área de salud mental antes y después de la intervención. Así, según la doctora, las familias también han percibido una mejora en la calidad de vida tras la intervención, así como una mejora en la relación con los demás.
En el estudio se han incluido un total de 24 sesiones de frecuencia semanal, llevadas a cabo entre abril y diciembre de 2021, y con una duración de 50 minutos. Cada sesión, contó con la colaboración de un psicólogo experto en intervención asistida con animales, dos técnicos en intervención asistida con animales y dos perros.
Estas abarcan desde una bienvenida destinada a entrar en contacto con el perro (5 minutos), una parte principal donde los participantes aprenden nociones básicas sobre el adiestramiento canino, hasta otra de desarrollo en la que intentan adiestrar a los perros (40 minutos). Finalmente, se incluye una parte de cierre para despedirse de los perros (5 minutos).
En la parte principal, los pacientes realizan diferentes actividades y ejercicios con el perro para trabajar progresivamente distintos objetivos que persiguen mejorar la salud tanto mental como física de los pacientes a través de la vinculación con el perro.
Por ejemplo, en algunas sesiones se trabaja el cuidado, con técnicas como el cepillado. «Las pacientes también adquieren nuevas habilidades, pues ellas ven muy positivo poder enseñarle trucos a los animales dentro de las técnicas de adiestramiento, y luego llevan estos trucos a sus animales de casa», comenta la psiquiatra.
Por su parte, el vicerrector de Planificación y Estrategia de la URJC, Andrés Martínez, ha recordado que los TCA se caracterizan por «una alteración persistente y difícil de erradicar de la alimentación y del comportamiento relacionado con ella, asociado a un deterioro de la salud física y del comportamiento psicosocial de los pacientes». Los TCA afectan en España a más de 400.000 personas, incrementándose en un 15 por ciento el número de caso en menores de 12 años.
«En Purina estamos convencidos de los beneficios que aporta la convivencia con mascotas a la sociedad y, por eso, desde 2015 tenemos en marcha investigaciones como esta, que nos permite seguir recopilando evidencias relacionadas con el vínculo humano-animal. Los animales tienen mucho para aportarnos y queremos seguir poniéndolo de manifiesto en cada acción que podamos», ha puesto de manifiesto el director general de Purina España, Mark El-Khoury.