El Padre Corcuera, un sacerdote agustino sobradamente conocido en Chiclana tras años al frente de las parroquias de San Sebastián y San Telmo regresa a Brasil, a la misión donde también ha dejado parte de su trabajo en los últimos años. Su labor ha ido muy ligada a las necesidades de pueblos como los indígenas del Amazonas, donde se ha ocupado de construir viviendas a quienes no tenía un techo.
Una tarea complicada y arriesgada por encontrarse en el foco de las industrias madereras que están esquilmando los bosques donde habitan estas personas que solo tienen la ayuda de esta comunidad religiosa junto con el ayuntamiento de Chiclana que también hizo su aportación a esta causa.
El proyecto ha ido cuajando poco a poco gracias al empeño de este grupo de sacerdotes que ha ido atendiendo poco a poco la demanda de estos nativos que luchan por no abandonar sus tierras. Como decía el padre Corcuera, el objetivo principal es darles dignidad.
Tras años al frente de estas dos parroquias en Chiclana, el padre Corcuera recuerda con especial agrado el cariño y las atenciones que le han dispensado los feligreses. Un calor que ahora se lleva en su maleta rumbo a Brasil.