La Comisión Europea financiará el proyecto ‘DeepCube’ que persigue abordar, mediante inteligencia artificial y teledetección, problemas urgentes originados por el cambio climático en Europa y el Mediterráneo, mostrando sus capacidades en cinco casos reales de estudio y en campos que van desde el turismo al medio ambiente o la ayuda humanitaria.
Coordinado por el Observatorio Nacional de Atenas, parte de un consorcio formado por 12 equipos de investigación de varios centros públicos y privados europeos, entre ellos el Image Processing Lab de la Universitat de València (UV), informa la institución académica en un comunicado.
Se trata de una «ambiciosa» respuesta a problemas que implican un alto impacto ambiental y social, desde la detección temprana de sequías, incendios o erupciones volcánicas hasta la monitorización de migraciones para el estudio de sus causas.
‘DeepCube’ pretende contribuir a mejorar la comprensión de los procesos que sufre la Tierra en el contexto actual de cambio climático. Los avances en Inteligencia Artificial (IA) y web semántica (web 3.0) permitirán explotar el gran volumen de datos de teledetección que desprende el programa ‘Copernicus’ de observación y monitorización de la Tierra.
«El cambio climático nos está conduciendo a una acumulación e intensificación de varios extremos climáticos, y el Mediterráneo es un claro ejemplo de ello con importantes sequías, olas de calor y la aparición de los llamados medicanes, un tipo de ciclón extratropical, parecido al huracán, que se presenta cada vez más virulento en la zona mediterránea», expone María Piles, experta en teledetección y telecomunicaciones y miembro del equipo de la Universitat.
Los efectos que producen estos cambios son sustanciales y afectan, por ejemplo, a la agricultura, a las vías navegables interiores y, en consecuencia, a la nutrición y al suministro de energía». La intención es llevar los nuevos algoritmos de IA y los datos de ‘Copernicus’ a una dimensión práctica para tratar de anticipar sequías y mejorar las medidas de mitigación y adaptación*n a futuros episodios extremos».
Para ello, el proyecto utilizará tecnologías TIC avanzadas como ‘Earth system data cube’, ‘Semantic cube’, la plataforma ‘Hopsworks deep learning’ y una herramienta de visualización de última generación adaptada para datos vinculados de ‘Copernicus’. Todas extraerán valor del gran de datos del dicho sistema europeo de observación de la Tierra.
«SALTO DECISIVO» PARA LA IA
«La tecnología de IA está madura en la actualidad, pero falta un salto decisivo para su puesta en práctica ante los problemas reales que sufren Europa y el Mediterráneo: sequías, migraciones, extremos climáticos o las enormes presiones que estamos ejerciendo sobre un entorno tan vulnerable y que tienen importantes implicaciones socioeconómicas», apunta Jordi Muñoz, investigador en el grupo Image and Signal Processing.
Los algoritmos a desarrollar en ‘DeepCube’, en gran medida responsabilidad de este grupo de la UV, extrapolarán los algoritmos estándar en varias direcciones, como la creación de nuevas redes neuronales versátiles, interpretables y compatibles con todo tipo de datos y procedencias. Son cuestiones de las que el equipo de la Universitat lleva varios años desprendiendo resultados a través de proyectos europeos.
El proyecto ‘H2020 DeepCube’, que la UE financiará con cuatro millones de euros, ha obtenido la mejor puntuación de los 28 subvencionados en esta convocatoria. El consorcio está formado por 12 equipos de Grecia, Alemania, Italia, España y Suecia. Los investigadores pertenecen al Max Planck Institute de Biogeoquímica de Jena (Alemania), la Universidad de Atenas, la UV, el Observatorio Nacional de Atenas y las empresas Logical Clocks, Tre Altamira o Murmuration.
«No es solo una prueba conceptual de lo que se puede conseguir al combinar ‘machine learning’ y teledetección: queremos ir más lejos y poner la IA en el contexto europeo con aplicaciones relevantes o sobre cómo optimizar procesos y recursos para un crecimiento y turismo sostenible», avanza Gustau Camps-Valls, catedrático de ingeniería electrónica y titular de dos becas para el avance de la IA en la observación de la Tierra y el clima.