La noche se impregnó de duende, ritmo y emoción en la Bodega Las Copas, donde Rosario Flores ofreció una actuación memorable en el marco del prestigioso Tío Pepe Festival
La artista brilló con fuerza en un espectáculo que combinó el repaso de su extensa trayectoria con un sentido homenaje a su herencia familiar.
Como embajadora de esta undécima edición del festival, Rosario se presentó el domingo en el escenario de las Bodegas González Byass con su gira Universo de Ley, un recorrido musical que revisita sus más de treinta años en la música y que toma su nombre de su primer álbum, De ley (1992). Durante el concierto, la cantante conectó con el público a través de su carisma, su energía contagiosa y el profundo vínculo emocional que la une a Jerez, ciudad natal de su madre, la inolvidable Lola Flores. “¡Qué alegría estar en Jerez! Esta tierra vive dentro de mí”, expresó visiblemente emocionada en varias ocasiones.
El espectáculo arrancó con fuerza al enlazar “Mi gato” con “Cómo me las maravillaría yo”, y desde ese momento, la intensidad no decayó. Rosario, arropada por una potente banda compuesta por seis músicos, dos coristas y dos bailaores, ofreció una actuación enérgica y vibrante, en la que fusionó con naturalidad géneros como flamenco, soul, funk y rumba. Su presencia en el escenario fue magnética, llenando cada rincón con vitalidad y compás.
El vestuario jugó también un papel expresivo a lo largo de la noche, con tres cambios que acompañaron las distintas fases del concierto: desde la rumba más festiva hasta momentos más introspectivos, para cerrar con una auténtica explosión de alegría.
En su repertorio se mezclaron temas de su nuevo trabajo Universo de Ley con clásicos que han marcado su carrera, como “Sabor, sabor”, “De ley”, “Al son del tambor”, “Rosa y miel”, “Mucho por vivir”, “Estoy aquí”, “Escucha primo”, “La casa en el aire” y “Muchas flores”, que despertaron la ovación del público.
Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con los homenajes a su familia. Rosario recordó a su padre, Antonio González “El Pescaílla”, figura clave de la rumba catalana, y rindió tributo a su hermano Antonio Flores interpretando dos de sus canciones más queridas: “Qué bonito”, coreada con emoción por el público, y una versión especialmente sentida de “No dudaría”, que formó parte del bis final.
El concierto, ágil y cuidadosamente estructurado, incluyó también un bloque acústico en el que destacó la profundidad de su voz en piezas como “La gaviota” o “Cómo quieres que te quiera”. En los interludios, los bailaores y percusionistas cobraron protagonismo con solos llenos de fuerza y compás, aportando intensidad flamenca al espectáculo.
El broche final fue apoteósico. Para el bis, Rosario eligió dos interpretaciones cargadas de sentimiento: “Te quiero, te quiero”, de Nino Bravo, y una emotiva “No dudaría” que cerró la noche con el recuerdo de su hermano flotando en el ambiente.
Más de tres décadas después de su debut, Rosario Flores no solo recorrió su historia musical, sino que la reafirmó con autenticidad, entrega y una energía desbordante. Jerez la acogió con ovaciones, complicidad y emoción. Lo vivido no fue simplemente un concierto, sino un reencuentro profundo entre una artista y una tierra que forma parte esencial de su identidad.
Esta actuación se inscribe en la edición 2025 del Tío Pepe Festival, que arrancó el 12 de julio con Jethro Tull y se extenderá hasta el 16 de agosto. Artistas de renombre como Gloria Gaynor, Luis Fonsi y Carlos Santana pasarán por los distintos escenarios de las bodegas González Byass, consolidando a Jerez como uno de los centros culturales imprescindibles del verano andaluz.