Agentes de la Guardia Civil de la Comandancia de Cádiz han desarticulado a una organización integrada por personas de origen asiática que traficaba con marihuana para exportarla a nivel internacional, a través de mensajería, desde la provincia gaditana a Reino Unido. En la operación, denominada ‘Gozila’, han sido detenidas en España once personas, que han ingresado en prisión. Además, se ha destacado su «crueldad», ya que llegaban a torturar a integrantes de la organización por la pérdida de la mercancía.
Además, según ha informado la Guardia Civil, se han incautado de 30 kilos de marihuana lista para su envío, dos plantaciones tipo indoor con unas 400 plantas cada una en el término municipal de Jerez de la Frontera (Cádiz), 22.000 euros en efectivo, una pistola marca Glock municionada y tres turismos, así como abundante documentación, teléfonos y soportes informáticos que se encuentran en estudio.
Las detenciones y registros para lograr la desarticulación de la organización se han producido en Cádiz, Madrid, Sevilla y Pontevedra, y se ha contado con la colaboración de las autoridades policiales y judiciales de Alemania, Holanda, Francia e Italia, donde se han realizado incautaciones registros y detenciones.
La organización se asentaba entre Madrid (en la zona de Usera) y Cádiz, provincia donde se abastecían de marihuana que acumulaban para su posterior envío. Los investigadores han podido constatar la crueldad y violencia empleada por la organización, que llegó a grabar la tortura a un ciudadano asiático al que responsabilizaban de una pérdida de droga.
Según ha explicado la Guardia Civil, el pago por la droga enviada se realizaba a través de negocios legales, que los miembros de la organización poseían, tanto en la provincia de Cádiz como en el resto de Europa, justificándolos mediante el envío de mercancía de China y utilizando entidades bancarias del país asiático.
La operación se inició a raíz de la incautación de distintas plantaciones de marihuana que estaban vendiendo por anticipado la producción obtenida a ciudadanos de origen asiático, los cuales se desplazaban hasta la comarca de Jerez para acumular dicha sustancia.
Una vez obtenían las cantidades de marihuana adecuadas, utilizaban como emisores de los envíos a ciudadanos asiáticos en situación irregular con conocimiento suficiente de español, a los que proporcionaban documentación falsa. Para disimular la gran cantidad de envíos realizados a un mismo lugar, diversificaban sus transacciones utilizando como escala distintos países europeos, principalmente Alemania y Holanda.
Allí, se valían de apartamentos turísticos que alquilaban en plataformas virtuales, como dirección de recogida, y como destinatarios a ciudadanos asiáticos en situación de desamparo económico, a los que proveían de documentación falsificada.
De la investigación desarrollada por la Guardia Civil, se desprende que en siete meses, los responsables de la organización haciendo uso de identidades supuestas, han realizado 83 envíos, ascendiendo a un total de 821,6 kilogramos de marihuana, utilizando como escala previa a su destino localidades de Francia, Alemania, Holanda, Hungría e Italia, y empleando a 28 destinatarios diferentes, que debían remitir nuevamente y sin abrir los paquetes a su destino final en Reino Unido.
La operación ‘Gozila’ se fue perfilando con mucho esfuerzo por parte de los investigadores, que tuvieron que vencer las grandes medidas de seguridad que la organización imponía para todos sus movimientos y comunicaciones, así como la dificultad idiomática, ya que los investigados hablaban en fuqing, mandarín y qintian, todos ellos dialectos del chino, haciendo sumamente difícil hasta la labor de los traductores.
No obstante, tras una ardua investigación de la Guardia Civil y la colaboración de las autoridades policiales y judiciales, sobre todo las alemanas y holandesas, se han identificado cada uno de los miembros de la organización, asignando el rol desempeñado en la misma.
Así, se solicitaron los correspondientes mandamientos de entrada para cinco domicilios en la provincia de Cádiz, consiguiendo la detención de todos los miembros de la organización en España, siete ciudadanos chinos y tres españoles.
A los detenidos se les imputan los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, defraudación de fluidos y tenencia ilícita de armas, siendo extremadamente violentos y crueles, como ha quedado acreditado en las grabaciones intervenidas a los detenidos en las que, con un absoluto desprecio hacia un compatriota al que responsabilizan de la pérdida o robo de una cantidad de marihuana, golpean sin piedad durante horas y en diferentes escenarios con una barra de hierro, para una vez que se dieron por satisfechos abandonarlo con multitud de fracturas en las proximidades del hospital 12 de Octubre de Madrid.