El Centro del Vino y la Sal acogió este pasado sábado una de las citas más importantes de la Semana Santa de Chiclana, la presentación del cartel obra en esta ocasión del artista sevillano Manuel Jiménez García, que fusiona tradición, introspección y modernidad en una obra cargada de simbolismo. El autor ha confesado que, pese a sus esfuerzos por estudiar y comprender la esencia de la Semana Santa chiclanera, optó finalmente por mirar hacia su interior para captar la universalidad de esta celebración. Desde esa introspección, Jiménez ha buscado traducir la historia, la fe y el sentir de Chiclana a un lenguaje visual que honre sus raíces, pero con una mirada renovada y contemporánea.
El cartel está compuesto por capas superpuestas, utilizando la técnica del palimpsesto, que evocan la forma en que se construyen los recuerdos: una acumulación de vivencias que despiertan emociones. Cada elemento de la obra tiene un profundo significado. En el fondo, el blanco de la sal se plasma mediante empastes que no solo remiten al paisaje característico de Chiclana, sino también al mensaje evangélico de Cristo: “Vosotros sois la sal de la tierra”. Este detalle invita a la reflexión sobre el papel de cada cofrade en el camino de la fe. También se incluyen referencias a los viñedos y el vino, símbolo del sacrificio de Cristo, cuya sangre derramada celebramos en Semana Santa como promesa de salvación.
La composición destaca por una forma central de tonos rojizos, que aluden tanto a la sangre de Cristo como a los colores de la bandera de Chiclana. Estas capas, aparentemente azarosas, construyen un mensaje más profundo: el relato de la Resurrección de Cristo.
En la obra, también se encuentra una sutil diagonal que forma un triángulo, evocando la figura del nazareno, elemento común en todas las manifestaciones de la Semana Santa. A su lado, una rosa simboliza la primavera, el ciclo eterno y la devoción. Pero en el centro del cartel brilla con especial fuerza María Santísima de los Dolores, de la Hermandad de Medinaceli. Su icónico corazón traspasado por siete puñales recuerda el sufrimiento humano y el ejemplo de fidelidad y esperanza de la Virgen.
