Don Barroso revivió en el Convento de Capuchinos de Ubrique durante la presentación del cómic que lleva su nombre. Y lo hizo gracias en parte a su hijo Salva, que pese a residir en Valencia sigue tan arraigado a su pueblo y su cultura que firma y le gusta ser reconocido como Zarva.
También revivió gracias a los paisanos volcados con la presentación del libro y cómo no, gracias a la Banda Municipal de Música. Don Barroso es sólo una muestra más del derroche de talento que hay en Ubrique pero también de cariño ya que nos da de nuevo una lección de vida de cómo afrontar las adversidades.
Bartolo Pérez, hijo predilecto del municipio resaltaba los numerosos códigos que se planteaban en el libro, donde destaca el cromático ya que el autor llena de color las páginas en las que narra la vida de su padre para pasar a otras en blanco y negro una vez el cáncer le gana la batalla.
Para Zarva es un sueño cumplido y algo que le ayuda a seguir creyendo en lo que hace ya que, como él reconoce, no hay un día en que no dibuje. Y es que su padre le transmitió que si hay una dificultad, siempre hay una pasión que te ayuda a superarla.
Al libro no le falta nada. Ni los galardones, ya que ha sido premiado en la cuarta edición de los premios de novela gráfica social de la Fundación Divina Pastora, ni su lado solidario, ya que los beneficios irán destinados al Programa de Ayuda Psicológica para familiares de enfermos del cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer.
