El embajador británico ante la UE, Tim Burrow, escribió este pasado domingo a los secretarios generales del Consejo y de la Comisión Europea una carta en la que el Gobierno de Londres reafirma la soberanía británica sobre Gibraltar y se reafirma en que no llegará a ningún acuerdo que suponga ceder la soberanía del Peñón en contra de sus derechos «expresados libre y democráticamente».
La carta, que también recuerda que Londres le ha garantizado a Gibraltar que no entrará en ninguna negociación de soberanía que el Peñón no desee, lleva fecha del 25 de noviembre, el mismo día en que se celebró el Consejo Europeo que dio luz verde al acuerdo del Brexit y un día después de que España levantase su veto tras recibir garantías sobre Gibraltar que consideró necesarias. La misiva está publicada en la web del Gobierno británico.
España dio su visto bueno al texto después de que el Consejo y la Comisión, así como Reino Unido, pusieran por escrito que el artículo 184 del Tratado de salida británica, que se refiere a la relación futura, no impone obligaciones sobre el ámbito territorial de esos acuerdos futuros –España temía que incluyesen a Gibraltar–.
Además, Consejo y Comisión declararon que, una vez que Reino Unido deje la UE, Gibraltar no estará incluido en los acuerdos que se firmen entre ambas partes, y que los acuerdos que se firmen sobre el Peñón necesitarán «el acuerdo previo» de España.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, consideró estas declaraciones como un «triple blindaje» y avanzó su intención de hablar de cosoberanía en el futuro.
SOBERANÍA SOBRE LAS «AGUAS TERRITORIALES»
Sin embargo, en esta carta, Reino Unido reafirma que «no tiene dudas de la soberanía británica, incluyendo las aguas territoriales británicas de Gibraltar». Las «aguas territoriales» de Gibraltar no están reconocidas por España, que defiende que en el Tratado de Utrecht solo cedió «la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas», pero no el istmo donde se ubica el aeropuerto ni tampoco más aguas que las del puerto.
Por otro lado, la misiva del día 25 reafirma la posición que Londres había expresado la víspera, que el Gobierno británico negociará los acuerdos de la relación futura «de parte de todos los territorios de cuyas relaciones exteriores es responsable, incluyendo a Gibraltar», para asegurar un beneficio mutuo y «teniendo en cuenta sus actuales relaciones con la UE».
Sobre este último punto, fuentes del Gobierno español señalan que esos acuerdos sobre Gibraltar serán los que necesitarán el visto bueno de España.
Por su parte, fuentes británicas consultadas por Europa Press señalan que la declaración que permitió desbloquear el acuerdo supone simplemente confirmar la posición que siempre ha tenido Londres, que el artículo 184 se entiende sin perjuicio del alcance territorial y del tipo de acuerdos futuros que se alcancen con la UE.
Además, aseguran que, mientras España estaba preocupada porque la interpretación del artículo 184 fuese que todas las disposiciones que se negocien en el futuro se extenderían automáticamente a Gibraltar, esa no era la interpretación británica, ni la de la Comisión.
Y, tal como dice la carta, afirman que la política británica es que el Reino Unido solo aceptará un acuerdo futuro que funcione para toda la «familia del Reino Unido» y que funcione para Gibraltar.