La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha afirmado este lunes que el exprimer ministro francés y candidato a la alcaldía, Manuel Valls, tiene que pedir disculpas por lo que ve como una salida de tono hacia el ganador del Premio Josep Pla, Marc Artigau. «Ningún candidato político es nadie para censurar las opiniones de un escritor», ha dicho en declaraciones a los medios.
«Estábamos todos en silencio, escuchando al ganador del Premi Josep Pla, que hacía su intervención, y el señor Valls le empezó a gritar, por otro lado, a una pantalla de televisión, porque ni siquiera estaba en la misma sala que el ganador del premio», ha afirmado Colau al ser preguntada por lo sucedido la noche de este domingo en la gala de entrega.
Ha asegurado que fue una situación muy extraña, ya que en democracia hay que defender y proteger la libertad de expresión, y ha recordado que Artigau no es una autoridad política, sino un escritor que fue galardonado: «Por cierto, lo ganó legítimamente escogido por un jurado independientes y de prestigio, por lo tanto aún más fuera de tono y fuera de lugar la intervención del señor Valls».
«Fue una salida de tono», ha lamentado la alcaldesa, que ha observado que la entrega del Premi Nadal y el Premi Josep Pla es una de las citas culturales más queridas de la ciudad, y ha añadido que Valls no es nadie para censurar opiniones, de la misma forma que ella respeta sus opiniones a pesar de discrepar mucho.
«CON RIGOR, BIENVENIDAS SEAN LAS PROPUESTAS»
En la atención, al ser preguntada por el pleno extraordinario sobre seguridad que se celebrará a petición de la oposición, ha afirmado: «Con rigor, bienvenidas sean las propuestas para ofrecer soluciones, pero sí que pediría que no se utilice un tema tan sensible para hacer juego partidista, juego electoral».
Sobre la preocupación de los barceloneses por inseguridad, ha recordado que en junio ya advirtió de esta situación: «Fuimos los primeros que alertamos que efectivamente había una situación preocupante», específicamente alrededor del tema del aumento de los hurtos y el de los narcopisos en el barrio del Raval.
Junto a vecinos de Ciutat Vella y Mossos d’Esquadra, pidieron más presencia policial: «En ese momento el conseller –de Interior, Miquel Buch– no lo vio oportuno y dijo que no hacía falta policía. Pasó el verano, y creo que se confirmó que efectivamente la preocupación era objetiva y hacía falta un refuerzo policial».
Ha lamentado que en septiembre Buch todavía no veía esta necesidad, hasta que en octubre estuvieron de acuerdo, mientras que ha indicado que desde la ciudad se han sumado en verano 109 agentes nuevos de Guardia Urbana, la mayoría en Ciutat Vella, y ahora hay otros 300 más en formación, además de sumar horas extraordinarias y un plan de choque.
Ha asegurado que este trabajo ha tenido efectos, como el macrooperativo contra narcopisos: «Efectivamente queda trabajo, por hacer, claro que sí, pero lo que pido es que hablemos de forma rigurosa y, sobre todo, ofreciendo soluciones. El tema de la seguridad es un tema muy sensible, muy serio, y con responsabilidades compartidas» junto a la Generalitat.
Ha dicho que si el pleno plantea soluciones, es bienvenido y están dispuestos a trabajar junto a la oposición y al Govern: «Lo que sí pediría es que se evitara caer en la tentación de intentar utilizar electoralmente y hacer alarmismo con un tema que es sensible y que requiere un trabajo riguroso, profesional y con lealtad institucional».