Pedro Grimaldi ya tiene una placa conmemorativa en la calle Amsterdam, en la que vivió hasta que falleció y que sirve para recordar a una persona muy querida y respetada. El propio alcalde cuando tuvo que intervenir se emocionó al explicar el legado que dejó este chiclanero muy vinculado con colectivos sociales.
De hecho, el ayuntamiento ha visto como a petición de varios colectivos, entre ellos, la Federación de Emigrantes Retornados (FEAER), la Asociación de Personas con Discapacidad Física La Rampa, y vecinos de la zona, pidieron que la ciudad tuviese algo que sirviera para homenajear a esta persona.
Por su parte, su hija Elisabeth Grimaldi ha agradecido al Ayuntamiento de Chiclana y a aquellos colectivos y personas que han colaborado en este acto de reconocimiento su implicación.
Pedro Grimaldi estuvo casado con María Salado Cebada y fue padre de dos hijas, Elisabeth y Julia. A pesar de fallecer a los 40 años y siendo emigrante retornado, puesto que estuvo trabajando en los Países Bajos en la metalurgia, fue una persona que desde su regreso a Chiclana colaboró con los colectivos más necesitados.
Fue precisamente el impulsor del centro ocupacional Santa Ana a principio de los 80, así como en el desarrollo de la barriada de las Conejeras, lugar donde vivió y actualmente lo hace su familia. Además, a principios de los 90 creó el grupo joven de Cáritas, prestando una gran labor humanitaria en aquellos años tan difíciles, ayudando a las familias más necesitadas.