Los chiclaneros cada vez se callan menos y denuncian más. Eso es al menos lo que reflejan los datos de la Oficina Municipal de Información al Consumidor que dice que en 2017 se han tramitado más de 1.500 expedientes de reclamaciones de ciudadanos. Casi 500 más que en 2016, lo que evidencia que vamos dejando de ser conformistas y reclamamos nuestros derechos.
Según los datos que aporta la OMIC, la mayoría de las reclamaciones o denuncias administrativas, fundamentalmente son las relacionadas con telecomunicaciones, con casi el 50 por ciento, seguidas de las relacionadas con las compañías eléctricas, la banca y las compañías aseguradoras. En este sentido, indicar que el número de expedientes se ha incrementado respecto a 2016, cuando la cifra ascendió a 1.098.
En concreto, los temas más reclamados dentro de las telecomunicaciones han sido los cambios unilaterales de condiciones de contratos, los cobros indebidos por cambio de operador, la disconformidad en los servicios contratados y los cargos en factura por estos conceptos.
En cuanto a las consultas, el año pasado, la OMIC atendió 2.581 coincidiendo en los temas con las reclamaciones, es decir, las telecomunicaciones, terminales móviles, electricidad, seguros, banca o compras en garantía. De esta forma, también se ha incrementado el número de consultas respecto al año anterior, en las que se llevaron a cabo 2.303.
Hay que recordar que hace varios años que esta oficina puso a disposición de los consumidores un correo electrónico, a través del cual se pueden realizar consultas y reclamaciones. El uso de las nuevas tecnologías para realizar consultas sigue creciendo cada año; cuestión que no sucede a la hora de tramitar las reclamaciones, pese a que la ciudadanía cuenta con esta herramienta.
También es interesante conocer que las cantidades devueltas a las personas consumidoras durante el pasado año suponen casi 125.000 euros, una cuantía que corresponde sólo a los expedientes finalizados durante el ejercicio. No obstante, aclaran que esa cantidad no siempre es posible contabilizarla, puesto que al remitirse una reclamación al Banco de España, a las Direcciones Generales o a Telecomunicaciones, las resoluciones de estos organismos son tratadas directamente con las personas reclamantes y no a través de la OMIC.
