Poco tránsito de personas en las calles más céntricas de la ciudad y también escaso aforo de personas en el interior de aquellos negocios que se han salvado de echar el cierre temporal, al ser considerados, actividad esencial.
Según las medidas adoptadas por el Ejecutivo andaluz, Chiclana se ha visto obligada a cerrar toda actividad no esencial, tras superar el pasado lunes la tasa de 1.000 contagios por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Para los sectores más afectados, comercios y hosteleros, el ‘take away’ y la compra ‘online’, está siendo la última bala de tras el cerrojazo.
Un cerrojazo ha crispado especialmente al comercio y la hostelería, ambos sectores obligados a reinventarse para adaptarse a las nuevas restricciones impuestas para combatir la COVID-19.
