Las autoridades judiciales de Irán han prohibido este lunes el uso del servicio de mensajería instantánea Telegram, apenas unos días después de que Teherán cancelara su licencia, según ha informado la agencia local de noticias Tasnim.
Según estas informaciones, la decisión ha estado fundamentada en motivos de seguridad nacional, debido a que este servicio habría sido usado por «grupos terroristas» y por participantes en las protestas en enero contra la situación económica en el país.
Así, las autoridades judiciales han indicado que «muchas otras acciones maliciosas fueron organizadas y canalizadas a través de este sistema» y han recalcado que los propietarios de Telegram «no han cooperado en las investigaciones».
En este sentido, han agregado que «los responsables de esta red recopilan y procesan información sobre millones de iraníes en el extranjero sin cumplir las leyes y regulaciones del país, dejando expuesta la privacidad de la gente».
La Compañía de Infraestructura de Telecomunicaciones anunció el 27 de abril que cancelaba la licencia a Telegram y resaltó que la compañía debe poner fin a sus operaciones, tal y como recogió la agencia iraní de noticias IRNA.
A mediados de mes, las autoridades prohibieron a los principales organismos oficiales usar este servicio de mensajería instantánea y el propio líder del país, el ayatolá Alí Jamenei, cerró su cuenta.
Jamenei se despidió de Telegram con un último mensaje en el que ha explicado precisamente las razones de esta abrupta decisión, que considera «en línea con la salvaguarda del interés nacional y la retirada del monopolio de la aplicación». El líder supremo tiene cuentas también en Twitter y Facebook, a pesar de que ambas plataformas están prohibidas en Irán.
La medida llegó días después de que Rusia, aliado de Irán, comenzase a bloquear Telegram por la negativa de la compañía de impedir el acceso de los servicios de seguridad rusos a los mensajes encriptados. En el caso de la República Islámica, la aplicación contaría con unos 40 millones de usuarios.
El responsable del organismo iraní que vigila la difusión de contenido criminal en Internet, Abdolsamad Jorramabadi, advirtió de que las aplicaciones necesitarán ahora cumplir determinadas condiciones para seguir operando en la República Islámica, entre ellas un permiso del Ministerio de Información. Además, deberán garantizar que guardan todos los datos de usuarios iraníes y no los comparten con organismos extranjeros.
El Gobierno de Irán ya bloqueó temporalmente en enero el servicio de Telegram en un aparente intento para contener las protestas opositoras que se desataron en más de 80 ciudades, las mayores desde las movilizaciones postelectorales del año 2009.