La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha comprobado que, en la mayoría de los casos, los consumidores que hacen sus compras ‘online’ tienen acceso a menos información en el etiquetado que aquellos que compran en una tienda física, después de haber reproducido una experiencia de compra a través de Internet.
Además, la OCU ha concluido que, tras el análisis efectuado, todavía «queda mucho por hacer» para que la compra a través de medios digitales pueda equipararse a la presencial en lo que concierne a la información a la que el consumidor tiene acceso.
la información a la que el comprador tiene acceso, que se reduce al precio, presentación y peso, no es homogénea en los productos de las distintas categorías
De todas las irregularidades detectadas, la falta de información adicional que sí puede encontrarse en un supermercado físico es una de las más frecuentes. Además, la información a la que el comprador tiene acceso, que se reduce al precio, presentación y peso, no es homogénea en los productos de las distintas categorías, lo que complica la posibilidad de comparar artículos.
En los casos en los que aparece cierta información complementaria, el acceso es más complicado para el usuario, según la OCU. Por ejemplo, hay ocasiones en las que no se puede ver la descripción del producto y se hace necesario tener que ampliar la etiqueta para poder visualizarla, además de que es posible que aparezca en otro idioma.
Por otro lado, la organización del consumidor también ha lamentado que algunos comercios, como El Corte Inglés, eximan su responsabilidad por las posibles divergencias que pueda haber entre la información facilitada por el proveedor en la página ‘web’ y la que aparece realmente en el producto.
Por último, la OCU ha pedido que desaparezca la excepción en la normativa sobre la obligación de indicar el país de origen o lugar de procedencia de los productos no envasados de los supermercados ‘online’, ya que este factor puede ser «un criterio importante de selección para el consumidor».